1 Corintios 12:4-13 Pablo nos recuerda que los dones espirituales nos han sido dados no para nuestra gloria sino para el beneficio de todos.
Todo el propósito de la unción es prepararnos para la presencia del Rey
Jesús dijo que es mejor dar que recibir. Aunque a veces actuamos como si Sus regalos fueran exclusivamente para nuestro beneficio. La unción del Espíritu nos hace aceptos para estar en la presencia del Rey. Nos da regalos para que podamos darlos. El retener un regalo o buscar uno para nuestro propio beneficio es prostituir su propósito.
Cuando Felipe predicó el evangelio en Samaria, uno de sus convertidos era un hombre llamado Simón que solía practicar la adivinación en la ciudad. Simón había asombrado a mucha gente con su magia. Después de que Pedro y Juan llegaran a la ciudad e impartieran el Espíritu Santo a los nuevos creyentes, era el turno de Simón de ser asombrado. El les ofreció dinero para recibir el mismo poder de impartir el Espíritu Santo. Pedro condenó a Simón por su avaricia y egoísmo y por pensar que “el don de Dios se podía comprar con dinero”.
En contraste con la actitud de Simón, Pablo dijo: “hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios pero el Señor es el mismo, hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios que trabaja en todos. Pero la manifestación del Espíritu es dado a cada uno para el beneficio de todos” Nuestros dones espirituales no son para nosotros sino para otros. Pablo dice que todos somos miembros del cuerpo de Cristo. Cada miembro es importante. Cuando trabajamos juntos, el cuerpo está completo y funcionando perfectamente. Jesús dijo: “Da y te será dado, buena medida, apretada, remecida y rebosante, porque con la medida que midan serán medidos”. Da abundantemente de tus dones.
Nos volvemos iguales a las personas con las que nos juntamos. Cuando pasamos tiempo en la presencia de Dios nos volvemos personas dadivosas porque Él es un Dios dadivoso. La unción del Espíritu Santo nos prepara para la presencia del Rey porque nos hace más como Él.
No desperdicies la unción del Espíritu Santo ignorándola o negándola. No la malgastes o prostituyas para usarla para tus propios propósitos egoístas. Deja que la unción haga su trabajo en tu vida preparándote para la presencia del Rey y haciéndote como Él. No escondas tus dones. ¡Los dones son para bendecir!
Por Tommy Tenney
ORACION
Señor perdóname por ser egoísta con tu unción. Transfórmame conforme a ti. Prepárame para Tu presencia. Ayúdame a dar Tus dones libremente para la edificación de otros en Tu cuerpo.