1 Tim 3:4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad
Un anciano debe ser uno que maneja bien su propia casa, manteniendo a sus hijos bajo control con dignidad.
Un amigo pastor enfrentó el mayor temor de los padres: su hija adolescente se había embarazado antes del matrimonio. Perry estaba luchando con preguntas espinosas: ¿Debería renunciar al pastorado? ¿Debería alentar un aborto para cubrir su vergüenza y salvar la cara? ¿Debería de ponerla en la píldora para evitar problemas futuros?
Yo le recordé: “El objetivo principal de tu vida (ser el padre y esposo que Dios quiere que seas) no ha sido bloqueado por este lamentable suceso. Si hubo alguna vez que tu esposa necesitaba un esposo piadoso y comprometido, y tu hija un padre amoroso que la sostenga, es ahora”
“Pero Neil, ¿qué hay de ser el pastor que Dios quiere que sea?” Perry argumentó, “¿Qué esto no me descalifica para ser pastor?”
Yo lo guié a uno de los requisitos para ser anciano en 1 Timoteo 3:4-5, que gobierne bien su casa y tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad. Le dije: “aún los mejores gobernadores del mundo tienen problemas, sólo saben cómo manejarlos. Tú no instruiste a tu hija para que durmiera con su novio, esa fue una decisión pecaminosa que ella hizo, ¿cómo vas a gobernar tu casa ahora por el bien de la familia? Instruir a tu hija a abortar para que puedas salvar tu cara es un mal manejo, echarla fuera de la casa es un mal manejo, pero estar al lado de tu hija, consolar a tu esposa, caminando en la luz y hablando la verdad en amor es gobernar bien tu casa”
Líderes espirituales enfrentan las mismas tentaciones y dificultades que otros cristianos enfrentan, sólo que lo enfrentan en una pecera, sus luchas son más visibles. No es la falta de problemas lo que determina la calidad de nuestro ministerio, sino cómo manejamos los problemas que tenemos.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, quiero caminar en la luz aún en situaciones problemáticas. Ayúdame a enfrentar las dificultades de mi vida y a buscar Tu manera de resolverlos, en el nombre de Jesús, amén.
