Joel 2:13 (2:12-13) Desgárrense el corazón, no los vestidos, y vuélvanse al Señor su Dios, porque él es misericordioso y clemente, lento para la ira y grande en misericordia, y le pesa castigar.
¡Mira lo que hiciste! Esa frase me recuerda las veces que mi madre le hablaba al perro que teníamos en casa, cuando éste rompía alguna maceta y destrozaba una de las plantas que ella cuidaba tan celosamente. He escuchado esta frase también en algunos padres cuando, enojados, le gritaban a su hijo por algo malo que habían hecho.
¿Te imaginas a Dios diciéndote algo así? ¡Mira lo que hiciste! En verdad, eso es lo que Dios le está diciendo a su pueblo por medio del profeta Joel. Israel se había enceguecido en su pecado. No veía claramente a Dios, por lo tanto tampoco veía lo que pasaba en su corazón. Así que de parte de Dios, en forma simple, Joel le dice: ¡Miren lo que hicieron! Reconozcan su pecado. Rómpanse el corazón. Dense cuenta de su ceguera y de la vida impía que están llevando.
Sólo cuando miramos lo que hemos hecho, y reconocemos cuánto hemos seguido nuestros caprichos y cuánto daño hemos causado a los que están a nuestro alrededor, podemos ver y entender lo que Dios ha hecho por nosotros. El mensaje es: ¡Mira lo que Dios ha hecho! Ha colgado a Jesús en tu lugar. Ha castigado a su propio Hijo en vez de castigarte a ti. Ha arreglado lo que tú rompiste. El profeta Joel nos trae un Dios grande en misericordia y en salvación, porque grande es nuestro pecado.
¡Mira lo que Dios ha hecho! ¡Mira lo que todavía sigue haciendo por ti! El Señor sigue siendo lento para la ira. A él le pesa castigarnos porque está cargado de misericordia. El Señor sigue amándote hasta la muerte. Acércate sin miedo. Disfrútalo.
Oración: Gracias, Padre, por lo que has hecho, en Cristo, por nosotros. Amén.