Salmos 25:7 Tú, Señor, eres todo bondad. Por tu misericordia, acuérdate de mí; pero olvídate de que en mi juventud pequé y fui rebelde contra ti.
Aun cuando el mundo diga lo contrario, debemos reconocer que somos imperfectos, por lo que cometemos errores y pecados. Nadie, absolutamente nadie, consigue obedecer totalmente la ley de Dios. Por lo tanto, a través de la fe en Jesús, se espera que reconozcamos nuestros errores para poder recibir así el perdón de nuestros pecados.
Esa actitud nos trae la humildad que nos capacita para ser más tolerantes, comprensivos y misericordiosos unos con otros. Y cuando erramos y nos arrepentimos, gracias a Jesús tenemos el perdón asegurado.
ORACIÓN: Señor, ayúdame a confesar a diario mis pecados para recibir así tu perdón. Guíame con tu Espíritu Santo, y fortalece mi fe para que pueda apoyar a quienes me necesitan. En el nombre de Jesús. Amén.