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Devocional: No olvidemos ninguno de sus beneficios

Por: Mendoza Daniel
Devocional: No olvidemos ninguno de sus beneficios
Fecha: Jueves, 17 de octubre del 2019 ID: 201700003126

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Efesios 6:18 Oren y perseveren en oración.

¡ Qué gran cantidad de oraciones hemos pronunciado desde el momento en que aprendimos a orar! Nuestra primera oración fue por nosotros mismos, pidiéndole a Dios que tuviera misericordia de nosotros y borrara nuestro pecado. Por supuesto, él escuchó esa oración, pero luego de disipar los pecados que nos cubrían como una nube, tuvimos más oraciones por nosotros mismos.

Hemos orado por gracia santificadora, por la gracia del dominio propio, por un renovado convencimiento de fe, para que las promesas de Dios se apliquen a nuestra vida, por liberación en momentos de tentación, por poder en tiempos de guerra espiritual y por ayuda y alivio en los momentos de prueba. Nos hemos visto impulsados a ir a Dios como mendigos por nuestra alma necesitada, pidiendo de manera constante por todo.

Querido hijo de Dios, da testimonio de que jamás has sido capaz de obtener algo para tu alma excepto a través de él. Todo el pan que tu alma comió ha venido desde el cielo, y toda el agua espiritual que has disfrutado fluyó desde la Roca viva: Jesucristo el Señor. Tu alma jamás se enriqueció sola sino que ha sido dependiente de la prodigalidad diaria de Dios. Como resultado, tus oraciones han sido elevadas al cielo por toda una gama de bendiciones espirituales.

Tus deseos son incontables pero la capacidad de Dios para suplirlos es infinita. Tus oraciones han sido tan variadas como infinitas han sido sus bendiciones. ¿Acaso no tienes razones para decir: "Bendito sea el Señor, que ha oído mi voz suplicante" (Salmo 28:6), porque aunque tus oraciones han sido numerosas, también han sido las respuestas de Dios. Él te ha escuchado en el día de la angustia (Salmos 50:15) y te ha fortalecido y ayudado aunque lo has deshonrado temblando y dudando ante su propiciatorio. (Exodo 25:17).

Recuerda esto y permite que llene tu corazón con gratitud a Dios que ha escuchado en su infinita gracia tus pobres y débiles oraciones. "Alaba, alma mía, al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios" (Salmos 103:2).

Por Charles Spurgeon

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Eclesiastés 3:1 (RVR 1960)

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Palabras Claves: Charles SpurgeonNo olvidemos ninguno de sus beneficiosReflexiones

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