Hch 4:31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
El temor es un poderoso controlador. Ya sea que nos obligue a hacer lo que es irresponsable o nos impida vivir responsablemente. Recientemente un ejecutivo denominacional habló en nuestra capilla y su declaración de apertura fue: “Como viajo entre nuestros pastores, estoy abrumado al saber que la motivación número uno en sus vidas es el temor al fracaso”
Después de varios años de enseñar evangelismo y supervisar alcances evangelísticos, puedo decirte con confianza que la razón principal por la cual la gente no comparte su fe es el temor. La agorafobia, miedo a estar en público, es uno de los trastornos psicológicos que más rápido está creciendo. El temor al fracaso, el temor al diablo, el temor al hombre, temor a todo está plagando nuestra sociedad.
¿Sabías que el mandato más frecuente de Jesús en los Evangelios es “no temas”? En previsión a la entrada de Israel a la Tierra Prometida, Dios le dice a Su pueblo cuatro veces “se fuerte y valiente” (Josué 1) El escritor de Proverbios dice: “Huye el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león” (Prov. 28:1)
El hecho de que Dios no mira favorablemente a los cobardes e incrédulos se hace evidente en Apocalipsis 21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. ¿Te sorprende que gente cobarde incrédula esté enumerada en la galería de villanos, asesinos y mentirosos?
Es una característica de la vida llena del Espíritu el ser valiente (Hch 4:31) La iglesia primitiva no oraba por encuentros divinos, ellos oraban por denuedo. El reino de Dios puede ser establecido solamente por gente fiel y valiente.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor me propongo ser fuerte y valiente en Tu nombre, listo y digno de confianza para llevar a cabo tu voluntad.