Romanos 4:20 ...se fortaleció en fe.
Querido cristiano, cuida tu fe y siempre procura fortalecerla. Recuerda: es solo por fe que puedes recibir bendiciones, porque si deseas las bendiciones de Dios, nada puede hacerlas descender del cielo como la fe. La oración no puede, obtener respuestas del trono de Dios a menos que vengan a través de la oración ferviente de alguien que cree. La fe es el mensajero angelical entre tu alma y el Señor Jesús en gloria, y si ese "ángel de fe" no está, tu oración no llegará al cielo, ni tampoco vendrá la respuesta a la tierra.
La fe es el medio de comunicación que eslabona el cielo y la tierra. Es el enlace mediante el cual los mensajes de amor de Dios viajan a tal velocidad que antes que lo llamemos, él nos responderá: todavía estaremos hablando cuando ya nos habrá escuchado (ver Isaías 65:24).
Sin embargo, si ese eslabón está roto o desconectado, ¿cómo recibiremos la promesa?
Si estoy en dificultades, se que recibiré ayuda por medio de la fe. Si el enemigo me ataca, mi alma hallara refugio y descanso en Dios por medio de la fe. Pero si la fe está ausente en mi vida, clamaré a él en vano, porque la fe es el único camino entre mi alma y el cielo. Incluso, en medio del invierno, la fe es el camino en el que los vehículos de la oración podrán viajar, no importa cuán helado esté el camino. Pero, si el camino está bloqueado por falta de fe, ¿cómo podré comunicarme con el gran Rey dado que es la fe la que me relaciona con él?
La fe me reviste del poder de Dios e involucra la omnipotencia de Jehová a mi favor, y asegura que cada atributo de él venga en mi defensa. Se mete en mi batalla para desafiar a las huestes de maldad y hace que "mis enemigos me vuelvan las espaldas" (Salmo 18:40).
Sin embargo, cuando vacilo y no tengo fe, soy "como las olas del mar" y en (Santiago 1:6-7) dice "Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor" Por tanto, querido cristiano, pon mucha atención a tu fe porque con ella puedes ganar todas las cosas, no importa cuán pobre seas en lo material; pero sin fe no obtendrás nada.
"Para el que cree, todo es posible" (Marcos 9:23).
Por Charles Spurgeon