Mateo 27:19 Mientras él estaba sentado en el tribunal, su mujer mandó a decirle: «No tengas nada que ver con ese justo, pues por causa de él hoy he tenido un sueño terrible.»
La esposa de Pilato es uno de los personajes menores más interesantes de la historia de la Pasión. Todo lo que sabemos de ella es que tuvo un sueño sobre Jesús que le preocupaba tanto, que trató de que su esposo lo liberara como un hombre justo. ¿De dónde vino el sueño? ¿Coincidencia? ¿Dios? No lo sabemos. Pero tenía razón. E hizo todo lo que estaba a su alcance para rescatar al Jesús inocente de su destino.
Pilato estaba preocupado por el sueño de su esposa lo que no es de extrañar, ya que los romanos creían mucho en los augurios, los presagios y los sueños. Como mínimo, se habría sentido muy incómodo con el relato de su esposa. Ya era consciente de que el caso contra Jesús se basaba en que los líderes religiosos lo odiaban por su popularidad y no por ningún delito real. Así es que trató de liberarlo a través de un truco: ofreciendo a la multitud la posibilidad de elegir entre el popular Jesús y Barrabás, un asesino conocido. Desafortunadamente, las cosas le salieron mal: la multitud eligió al hombre equivocado y Pilato no tuvo las agallas para igual liberar a Jesús.
¡Debe haber sido desgarrador para la esposa de Pilato, que en vano trató tanto de salvar a Jesús!
¿Pero es cierto que fue en vano? Jesús no diría eso. Él sabía exactamente a qué había venido y que no debía ser salvado por una dama romana, por muy bondadosa que fuera. Al contrario, él vino para salvarla a ella… y también a Pilato y a todos los demás: a todos cuyos pecados les serán quitados con su muerte en la cruz.
ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por haber elegido salvarnos a nosotros en vez de salvarte a ti mismo. Amén.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN:
¿Alguna vez has tenido un sueño particularmente inquietante?
¿Alguna vez Dios ha anulado tus planes, sólo para hacer algo mucho mejor?