Mat 6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas
El creyente está para servir a Dios, no a las riquezas.
Al leer Mateo 6:24, mucha gente dice: “yo sí creo que puedes servir a dos amos. Yo tengo dos trabajos” La razón por la que dicen eso es porque no entienden la palabra griega “servir”, no se refiere a un empleado de 8 a 5, sino a un esclavo. Un esclavo es el que constantemente y enteramente está dedicado a su amo.
Romanos 6:17-18 dice que aunque eras una vez esclavo del pecado, Dios te ha librado para convertirte en un esclavo de justicia. Puedes solamente servir a Dios con dedicación exclusiva y total. En Mateo 6:24 Jesús está diciendo que si tratas servir a dos amos, a Dios y a las riquezas, amarás a uno y odiarás al otro.
Las órdenes de esos dos amos son totalmente opuestas. Uno manda caminar por fe, el otro por vista, uno manda ser humilde, el otro a ser orgulloso, uno manda que pongas tu afecto en las cosas de arriba, el otro, en las cosas de la tierra, uno manda ver las cosas que no se ven y son eternas, el otro a las cosas que se ven y son temporales, uno manda que no te afanes por nada, el otro que te afanes por todo. No puedes obedecer ambas órdenes y no puedes servir a dos amos.
En 1905 Mary Byrne transcribió un poema irlandés en prosa, que luego le fue puesta música por Eleanor Hull. Hoy conocemos ese poema como el himno “Sé tú mi visión” Una estrofa de este himno nos dice cómo ver correctamente a las riquezas:
Riquezas, no les hago caso, ni a la adoración vacía del hombre, Tú mi herencia, ahora y siempre, Tú y sólo Tú primero en mi corazón, Gran Rey del Cielo, mi tesoro eres Tú.
Que las palabras de este himno sea la canción de tu corazón y la convicción de tu vida.
Por John MacArthur