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Devocional: Sufrir con los que sufren

Por: Mendoza Daniel
Devocional: Sufrir con los que sufren
Fecha: Jueves, 01 de febrero del 2018 ID: 201700001579

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Rom 12:14-16 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.

El joven pastor se despertó sobresaltado cuando sonó el teléfono en el medio de la noche.

—Pastor, nuestra hija —dijo entrecortada la voz en el teléfono— estuvo en un accidente automovilístico terrible. Está en cirugía… no estamos seguros de que… pueda seguir viviendo.

El pastor se levantó, se vistió rápidamente y salió corriendo para el hospital. Cuando llegó, los rostros lo decían todo. La jovencita había fallecido en la sala de operaciones. Él quería decirles algo a los padres para consolarlos, pero no le salían las palabras. Entonces se sentó y lloró con estos padres desconsolados.

Al poco tiempo, los padres de la chica se mudaron a otra ciudad, y el joven pastor no los volvió a ver hasta después de varios años. Cuando se los encontró en una conferencia, sintió vergüenza.

—Tengo que pedirles perdón —dijo—. La noche que falleció su hija, les fallé como pastor. Debiera hacerles leído la Biblia y ofrecido palabras de esperanza. Pero no lo hice. No hice más que llorar. Siento muchísimo haberles fallado aquella noche.

—Usted no nos falló, pastor —dijo el papá de la jovencita—. Usted sintió nuestro dolor y lloró con nosotros. Lo que hizo fue un gran consuelo para nosotros.

Qué lección tan profunda: El pastor creía haber fallado. Pero en realidad lo que hizo fue demostrar el tipo de profunda compasión que Jesús mostró.

Cuando a alguien le sucede algo que causa mucho sufrimiento, ¿sabes lo que necesitan enseguida? No necesitan una explicación de por qué suceden cosas malas. No necesitan consejos. Lo primero que necesitan es alguien que se sienta triste con ellos. Necesitan consuelo.

Jesús demostró de qué se trata consolar después de que murió su amigo Lázaro (ver Juan 11). Cuando Jesús llegó a la casa de María y Marta, las hermanas de Lázaro, ellas estaban llorando porque habían perdido a su hermano. Y Jesús lloró con ellas.

Jesús hubiera podido decirles a esas hermanas: “Amigas, no lloren. Denme unos minutos y resucitaré a Lázaro”. Pero en ese momento necesitaban alguien que llorara con ellas. Así que eso es lo que Jesús hizo. Más adelante, realizó un milagro que transformó el dolor en alegría.

Los que están tristes reciben consuelo cuando saben que no están sufriendo solos. Por eso cuando un amigo está lleno de dolor o desilusión, tenemos que hacer todo lo posible por sentir lo que esa persona siente, estar tristes con nuestro amigo. Y está bien decir algo como: “Estoy triste porque estás triste” o “Me duele lo que te sucede” o “Cuánto siento que estés sufriendo”. Es lo que haría Jesús.

 Por Josh McDowell

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

2 Timoteo 2:24-26 (RVR 1960)

Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.

Palabras Claves: Josh McDowell Reflexiones Sufrir con los que sufren

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