Mi esperanza ha sido crear un apetito por la gracia que sea tan fuerte que nada nos detenga de perseguir la libertad y espontaneidad que puede traer, un deseo tan profundo que traiga un amanecer espiritual “un despertar de la gracia” que rompa a través del muro del legalismo.
Como soy un ministro cristiano, gran parte de mi participación y exposición es en el mundo de la iglesia y de organizaciones cristianas. He podido observar que aún aquí la gente no es libre, no han aprendido a aceptar y disfrutar la gracia que nos ha sido dada en Jesucristo. Aunque Él vino a liberarnos, me entristece decir que muchos todavía viven detrás de la pared de la esclavitud.
Lamentablemente las piedras de restricción se encuentran por todos lados. En lugar de ser lugares de adoración espontánea, muchas iglesias y muchos ministerios cristianos se han convertido en instituciones que mantienen un sistema de religión con oficiales contratados para proteger las puertas y hacer cumplir las reglas.
En vano he buscado en la Biblia buscando ejemplos de los primeros cristianos cuyas vidas fueran marcadas por rigidez, predictibilidad, inhibición, torpeza y precaución. Afortunadamente los santos de ceño fruncido y sin gozo brillan por su ausencia. En lugar de ello, los ejemplos que encuentro son aventureros, arriesgados, entusiastas y verdaderos creyentes cuyo gozo fue contagiado incluso en tiempos de dura prueba. Su visión fue grande aun cuando la muerte estaba cerca.
Las reglas eran pocas y los cambios eran bienvenidos. El contraste entre aquél entonces y ahora es sorprendente. La diferencia, estoy convencido, es la gracia. La gracia escala la pared y se niega a ser restringida. Vive por encima de las opiniones humanas y libera de regulaciones legalistas.
La gracia nos reta a trazar nuevos cursos y explorar regiones cada vez mayores mientras te deleitas en lo inesperado. Mientras que otros se preocupan por mantener la pared y temen a los que la guardan, la gracia está buscando constantemente caminos a la libertad. La gracia quiere que la fe vuele a pesar de lo que los oficiales con ceño fruncido digan, crean o hagan.
Hay un despertar de la gracia suelto en la tierra. ¿Serás parte de él? Mientras tomas tu turno con el mazo y te alejas, una multitud estamos cerca y algunos pueden estar a medio mundo de distancia, pero te estamos animando. No pienses que es una tarea solitaria o aislada. Estás rompiendo hacia la libertad y nadie está más gustoso que el Señor Jesucristo, quien te ha prometido Su gracia.
Nunca olvides Sus palabras: “si el Hijo te libertare, serás verdaderamente libre” Permanece en Él.
Por la gracia del Dios Todopoderoso, el nuevo movimiento, un día barrerá por cada continente y la pared que se ha mantenido por mucho, que ha mantenido a la gente en esclavitud por siglos, será derribada. Y entonces todos nosotros seremos libres al fin, libres verdaderamente.
La gracia vive por encima de las demandas de la opinión humana y rompe en libertad de las reglas legalistas.
Por Charles Swindoll