Neil Gorsuch, de la Corte de Apelaciones del Distrito 10, con sede en Colorado, es el elegido por Trump para ocupar la silla de Antonin Scalia en la Corte Suprema.
Se convirtió en el candidato favorecido debido a sus opiniones acerca de la libertad religiosa, incluyendo una a la que junto a las corporaciones que creían que el llamado mandato anticonceptivo de Obamacare violaba sus creencias religiosas.
En varias ocasión, se ha alineado con el fallecido juez Antonin Scalia. En las semanas siguientes a la muerte de Scalia el año pasado, Gorsuch señalo una charla enfatizando que “el gran proyecto de la carrera de Scalia fue recordarnos las diferencias entre jueces y legisladores”.
Gorsuch es nativo de Colorado, vive en Boulder con su esposa Louise, la madre de sus dos hijas, Emma y Belinda. Le gustan los deportes al aire libre y la cría de animales. Sus amigos destacan su carácter relajado, que probablemente le ayude a sobrellevar las audiencias de confirmación, donde los senadores demócratas prometieron combatir a cualquiera que sea el candidato de Trump.
Gorsuch es muy valorado por el sector conservador de la sociedad del país norteamericano debido a sus puntos de vista pro-vida y su continua defensa de la libertad religiosa.
En el caso Hobby Lobby Stores v. Sebelius, Gorsuch se puso de parte de la tienda de artesanía cristiana que no quería que el gobierno le obligara a proporcionar anticonceptivos a través de su plan de salud.
Gorsuch apoyó igualmente a las Hermanitas de los pobres cuando se mostró disconforme con una sentencia del tribunal al que pertenece que forzaba a las monjas a ofrecer a sus empleados un seguro médico con contracepción. El futuro magistrado de la Corte Suprema aseguró que aquella sentencia no había protegido las creencias religiosas de las monjas.
Gorsuch estudió en la Universidad de Oxford, en la Universidad de Columbia y en la Facultad de Derecho de Harvard.