EEUU. – Antes de convertirse en la estrella de cine más rentable de Hollywood, Dwayne Johnson -La Roca- fue golpeado por la vida (arrestos, desalojos, intentos de suicidio familiar, fracaso en el fútbol, ??divorcio) y la depresión concurrente lo llevó a Dios.
“Tengo mi propia relación especial con Dios, y ciertamente me siento muy bendecido. Cuento mis bendiciones todos los días”, dijo el luchador retirado de WWF al Gospel Herald.
Dwayne Johnson, La Roca, dice que ha aprendido a confiar en la Roca Real -Cristo-.
Tanto su padre como su abuelo materno eran luchadores. Dwayne Johnson creció en Hawai, hijo de un padre negro canadiense, Rocky Johnson, y una madre Samoa. Había inestabilidad en su hogar, y lo arrestaban una y otra vez, por pelear, robar y falsificar cheques. Luego su madre fue desalojada, y tanto su madre y él fueron obligados a abandonar Hawai.
El rudo despertar inyectó en él una medida de sobriedad. Decidió cambiar su vida y recurrió al fútbol. Trabajando duro, obtuvo una beca como tackleador defensivo en la Universidad de Miami. Finalmente se graduó con un título en criminología, pero su sueño era el estrellato de la NFL.
Después de no ser reclutado, se mudó a Canadá e intentó probar los Calgary Stampeders y durmió en un colchón manchado que encontró en la basura afuera de un motel sexual. Subsistió con fideos Ramen durante dos meses en la temporada.
“El primer ‘fondo rocalloso’ que golpeé fue fuera de la universidad, donde trabajé durante 10 años desde el momento en que comencé a jugar fútbol a los 14 años hasta que tenía 23 … y no me reclutaron”, dijo Dwayne Johnsonal Tribune News Service.
“Jugué en la CFL (Canadian Football League) por aproximadamente 200 dólares canadienses a la semana. Me despidieron del equipo un par de meses después, y tuve que cerrar ese capítulo en mi vida”.
Teniendo que enfrentar la muerte de un sueño, con 7 dólares restantes en su bolsillo, regresó a la casa de su padre en Tampa, Florida.
“Es una experiencia difícil cuando tienes que volver a vivir con tus padres. Y en ese momento, mis padres, nunca vivimos en una casa, tenían un pequeño departamento en Tampa, Florida, y tuve que mudarme con ellos. Y luego pasas por esos desafíos. Terminas en depresión.
Contra los deseos de su padre, que luchaba para mantener a la familia como luchador oficial, Dwayne escoger la carrera como luchador profesional. A diferencia de su padre, fue un éxito de taquilla como un hablador con una personalidad exuberante.
El público de fines de la década de 1990 y principios de la década de 2000 lo amaba, y “The Rock” -La Roca- obtuvo grandes calificaciones, ganancias y campeonatos para WWF.
Después de ocho años, comenzó a actuar y fue un gran revuelo en la película The Scorpion King –-El Rey Escorpión- en 2002.
Siguió el modesto éxito inicial con una serie de películas familiares que mataron su carrera. ¿Qué le estaba pasando al héroe de la película de acción Hércules?
“Mi carrera fue un poco inestable, realmente inestable”, le dijo Dwayne Johnson a Rolling Stone.
Un regreso a la lucha fue una admisión impensable de fracaso. “¿Qué diablos hice con mi carrera?”, se preguntó en ese momento.
En 2007, el hombre de acción siempre confiado perdió la confianza de su amada esposa y la pareja se divorció. Se sumergió nuevamente en la depresión.
“Alrededor de 2008, 2009, estaba… luchando, hombre. Luchando por descubrir qué clase de padre voy a ser. Al darme cuenta de que había hecho un trabajo muy pobre para cultivar relaciones, y muchos de mis amigos se habían quedado en el camino. Estaba asustado”, dijo a la revista People.
Fuera de la oscuridad, encontró la luz de Dios. “Estaba un poco inseguro de lo que realmente iba a pasar, ya sabes, así que tengo que poner mi fe en Dios y continuar trabajando duro y espero que sucedan cosas buenas”, dijo Dwayne Johnson al Gospel Herald.
Como resultado, Dwayne Johnsonse reinventó a sí mismo. Dejando las vergonzosas películas familiares, se presentó como un tipo afable, vulnerable y rudo, y lanzó una serie de golpes: Jumanji II, Rápidos y Furisoso, Rampage, Hércules y Terremoto: la falla de San Andrés.
El final feliz es la marca registrada Dwayne Johnson. El hombre está valorado en 280 millones de dólares.
“En 1995, tenía 7 dólares en mi bolsillo y sabía dos cosas: estoy en bancarrota y algún día no lo estaré”.
Ha aprendido a convertir sus pérdidas en lecciones. Su ex esposa ahora es su gerente y con su novia tiene un nuevo hijo. A lo largo del camino, él está buscando a Dios.
“Solía ??orarle a Dios por cosas que creía que necesitaba. Hasta que me di cuenta de lo que necesitaba, ya lo tenía. Familia y Dios”, tuiteó en 2012.
