El pequeño Kingston fue llevado a un hospital de Kentucky casi sin vida. Su supervivencia se considera un milagro. Con solo 10 meses de vida, el pequeño Kingston Lane ya se ha convertido en un verdadero testimonio del poder de Dios.
Kingston nació prematuramente en abril de 2020, con solo 24 semanas de gestación.
Pasó los primeros siete meses de vida en la unidad de cuidados intensivos neonatales de un hospital en Louisville, Kentucky. Se sometió a varias cirugías, incluida cirugía de cabeza y corazón, pero finalmente fue dado de alta a su casa en Owensboro, a 165 km del hospital, donde ha mejorado en los últimos meses.
El 20 de febrero, Brittany notó que Kingston estaba enfermo y pensó que podría ser un malestar estomacal. Sin embargo, el domingo, el bebé parecía sin vida y fue llevado a la sala de emergencias del Hospital Regional de Owensboro Health. Kingston tenía la cabeza hinchada y los médicos sospechaban que tenía un problema con el tubo de drenaje en la cabeza. Brittany dice que su corazón también se detuvo, lo que llevó al equipo médico a realizar 10 rondas de compresiones en el pecho.
“Estaban en la novena y dijeron: 'Sra. Lane, lo intentaremos una vez más y eso es todo lo que podemos hacer por él'”, recuerda Brittany Lane, la madre. “Estaba completamente azul, sin pulso, sin latidos y frío". "Seguí diciéndole que regresara conmigo", dijo Brittany. Mientras los equipos médicos se alejaban, una enfermera notó que le había regresado el pulso. “Me apretó el dedo”, recuerda la madre sonriendo. “Realmente no tengo palabras. Fue un milagro".
Brittany dice que los médicos de Owensboro lograron eliminar parte del líquido de la cabeza de Kingston antes de que lo llevaran a Louisville el domingo por la noche. Hasta ahora, Brittany dice que no hay signos de más daño cerebral. "Puedo verlo en sus ojos", explica. "Él sabe que soy su madre y sabe que estoy aquí".
(*) Con recursos de Portal Guiame / Foto: Facebook de Brittany Lane
*Noticia extraída de Impactoevangelistico.net