Uno de los miembros de la agrupación terrorista Fulani, en Nigeria, confesó que la ejecución de un seminarista a inicios de este año se realizó porque durante su cautiverio no dejó de proclamar el Evangelio de Jesucristo.
El sujeto, Mustapha Mohammed, es acusado de ser el líder y autor intelectual del secuestro del estudiante Seminario Buen Pastor Michael Nnadi en el estado de Kaduna, informó The Christian Post.
Mohammed, militante Fulani de 26 años admitió ser parte de una banda de secuestradores de integrada por 45 hombres. Ellos atacan y secuestran a los viajeros en la autopista Abuja-Kaduna, la carretera Kaduna-Jos y otros caminos en la zona.
Mustapha, quien ahora está bajo custodia policial en Abuja, es responsable de matar al joven de 18 años. El cuerpo de Nnadi fue descubierto en febrero junto con los restos de la esposa de un médico local.
Nnadi fue secuestrado el 8 de enero junto con otros tres seminaristas que fueron dejados en libertad semanas después. Mustapha externó que desde el primer día que fueron secuestrados, Nnadi continuó predicando sobre Jesús y no permitiría que sus captores tuvieran paz a pesar de que no compartían la misma fe.
Mustapha dijo a un medio local, que no apreciaba la valentía de Nnadi y que “decidió enviarlo a una tumba temprana”.
“Dijo que el fallecido siguió predicando y le dijo a la cara que cambiara su maldad o que pereciera desde el día en que fue secuestrado junto a sus colegas”, revela un informe.
Según el sospechoso, su pandilla apuntó al seminario porque pensaron que podrían pagar mucho dinero por su libertad.
Mustapha explicó que después de secuestrar al seminarista, usaron su teléfono celular para contactar a las autoridades católicas en la zona y exigir un rescate equivalente a $ 256,000. Dijo que el rescate se redujo más tarde al equivalente de aproximadamente $ 25,000.
Según el Registro Católico Nacional, los secuestradores estaban vestidos con camuflaje militar cuando rompieron una valla que rodeaba las viviendas del seminario y comenzaron a abrir fuego.
Unos 10 días después del secuestro, uno de los cuatro seminaristas fue encontrado herido en una carretera.
El 31 de enero, dos seminaristas más fueron liberados. Al día siguiente, se descubrió el cuerpo asesinado de Nnadi.
El Departamento de Estado de los EE. UU. Incluyó a Nigeria en su “lista de vigilancia especial” de países que han participado o tolerado “violaciones graves de la libertad religiosa” en diciembre pasado.
