Apoc 12:10…ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Después de la tentación, quizá el ataque más frecuente e insistente de Satanás al que somos vulnerables es la acusación. Por fe hemos entrado a una relación eterna con el Señor Jesucristo. Como resultado estamos muertos al pecado y vivos para Dios, y ahora estamos sentados con Cristo en los lugares celestiales. En Cristo somos importantes, estamos calificados y somos justificados. Satanás no puede hacer absolutamente nada para alterar nuestra posición en Cristo ni nuestro valor ante Dios. Pero él puede hacer que seamos inoperantes si logra engañarnos al escuchar y creer sus mentiras insidiosas, acusándonos de ser poco valiosos ante Dios y ante otras personas.
Satanás generalmente usa la tentación y la acusación como un golpe brutal doble. Viene y dice: “¿por qué no lo intentas?, todo el mundo lo hace, además puedes salirte con la tuya, ¿quién se va a enterar?” Luego tan pronto caemos en su tentación cambia su tono a acusación: “¿qué tipo de cristiano haría algo así?, eres terrible como para ser un hijo de Dios, nunca te saldrás con la tuya, mejor es que te des por vencido porque Dios ya lo hizo contigo”
Todos hemos escuchado la voz mentirosa y odiosa de Satanás en nuestros corazones y conciencias. Parece que nunca nos deja. Muchos cristianos están desalentados perpetuamente y derrotados porque creen sus mentiras persistentes acerca de ellos. Y aquellos que ceden ante sus acusaciones terminan privados de la libertad que Dios quiso que su pueblo disfrutara.
La buena noticia es que no tenemos que escuchar las acusaciones de Satanás y vivir en desesperación y derrota. Satanás no es nuestro juez, sólo es tu acusador. Cuando las acusaciones de Satanás de indignación te ataquen, no les pongas atención, en lugar de ello responde: “Yo he puesto mi confianza en Cristo y soy un hijo de Dios en Él, he sido rescatado por Dios del fuego del juicio y he sido declarado justo” Satanás no puede determinar un veredicto o dictar sentencia. Todo lo que puede hacer es acusarme y “yo no caeré en su trampa”
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, cuando Satanás me acuse y me recuerde mi pasado, ayúdame a resistirlo y recordarle su futuro, en el nombre de Jesús, amén.