REINO UNIDO.- La muerte del astrofísico británico Stephen Hawking es una noticia en todo el mundo. A los 76 años, se hizo famoso por sus teorías sobre los agujeros negros y también por hacer la física “pop”. Además de los libros que escribió, participó en varios programas de televisión, como The Big Bang Theory.
Una de las caras más conocidas de su persona pública era su militancia atea. “Soy ateo. La religión cree en los milagros, pero éstos no son compatibles con la Ciencia.
En el pasado, antes de entender la Ciencia, era lógico creer que Dios creó el Universo. Pero ahora la ciencia ofrece una explicación más convincente. Lo que quise decir cuando decía que conocíamos la “mente de Dios” era que comprenderíamos todo aquello de lo que Dios sería capaz si existiera. Pero no hay ningún Dios”, declaró en 2014, en una de sus entrevistas más polémicas.
Hawking fue laureado como “genio” en el campo de la ciencia, aunque su vida personal escondía a una persona de moral cuestionable. Él se casó con Jane Wilde, una cristiana dedicada, en 1965 con la que tuvo tres hijos. La historia es relatada en la película “La Teoría de Todo” (2014), ganadora de un Oscar.
El científico sufría de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y pasó décadas en una silla de ruedas con el auxilio de un respirador artificial. Sin embargo, traicionó a su esposa y desde 1990 tenía una relación con su enfermera, Elaine Mason, con la que se casó en 1995. Durante el segundo matrimonio hubo acusaciones de violencia doméstica contra él.
Otro aspecto polémico fue el boicot académico propuesto por él contra Israel y sus declaraciones de apoyo al BDS-movimiento anti-israelí- que le rindieron la fama de antisemita.
A pesar de su percepción de la religión como “nociva”, su esposa Jane Wilde escribió un libro llamado “Hacia el infinito”, que más tarde fue relanzado como el título de “La Teoría de Todo”. En la obra, ella relata cómo era su relación con Hawking y describe cómo, más de una vez, Dios salvó la vida del científico a causa de sus oraciones.
Una ocasión, en especial, se destaca en el libro. En 1985, cuando aún estaban casados, el científico entró en coma, atacado por una neumonía virulenta. Aunque ella dice que Hawking siempre despreciaba y ridiculizaba sus “supersticiones religiosas”, Jane cuenta que, ese día, los médicos dijeron que no había nada que hacer. Pidieron, incluso, su autorización para desconectar el respirador artificial para dejarlo morir con el mínimo dolor posible. La decisión de ella fue orar para que Dios le diera ” una oportunidad más “. El mismo día, su cuerpo reaccionó, y los médicos lograron tratarlo.
“Yo entendía las razones del ateísmo de Stephen, porque si a la edad de 21 años a una persona es diagnosticada con una enfermedad tan terrible, ¿va a creer en un Dios bueno? Yo creo que no”, justifica Jane en la obra de su autoría.
En una entrevista sobre cómo una cristiana practicante se casó con un ateo militante, ella afirmó que la enfermedad de la que padecía el astrofísico suele dar una estimación de vida de uno o dos años a los pacientes y él vivió más de 50 años después del diagnóstico.
“Creo que es un milagro que él continuó vivo. Para mí es muy difícil explicarlo”, asegura Jane. Si la fe de ella salvó la vida del científico, la ex esposa no puede decir lo mismo sobre el alma: “la única diosa de Stephen Hawking siempre fue la Física”.
[ Fuente: IB Times y ACI Prensa]