Efe 4:29 ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
¿Cómo expresamos nuestras percepciones de la gente? Principalmente por lo que decimos de ellos. Estudios han mostrado que en un hogar promedio, por cada declaración positiva, un niño recibe diez declaraciones negativas. En la escuela sólo es ligeramente mejor, los estudiantes escuchan siete declaraciones negativas de sus maestros por una positiva. No es de extrañar que tantos niños estén creciendo sintiendo que son unos perdedores. Los padres y maestros están transmitiendo esa percepción cada día por la forma en cómo le hablan a los niños.
Estos estudios señalan que se necesitan cuatro declaraciones positivas para anular el efecto de una negativa. Quizá lo puedes comprobar cada vez que usas un nuevo atuendo. Algunos de tus amigos quizá digan “qué bonito atuendo”, pero sólo necesitas un mal comentario que diga algo como “eso no te queda bien” para que lo regreses a la tienda y pidas un reembolso. Nosotros afectamos a otros significativamente por lo que decimos de ellos, y lo que decimos se determina significativamente por cómo los percibimos.
Si pudiéramos memorizar sólo un versículo del Nuevo Testamento, ponerlo en práctica y nunca violarlo, creo que resolveríamos de la mitad a tres cuartas partes de los problemas en nuestros hogares e iglesias. El versículo está en Efesios 4:29. ¿No es asombroso que tú y yo tengamos el poder de dar gracia a otros a través del uso apropiado de nuestras palabras? Si no dijéramos nada para apachurrar a otros y sólo edificáramos como Efesios 4:29 dice, seríamos parte del equipo de edificación de Dios en la iglesia en lugar de miembros del equipo de destrucción de Satanás.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Padre, sé que mi lengua es capaz de bendecir o maldecir a otros, guarda mis palabras hoy para que pueda edificar a otros con lo que digo, en el nombre de Jesús, amén.