BÉLGICA. Los empleados de 'Newfusion', una empresa especializada en marketing digital con sede en Malinas [Mechelen] decidió colocar un microchip de identificación bajo la piel de cada uno de sus empleados, informa 'Le Soir'.
El objetivo es utilizar su cuerpo como una clave ya que el chip tiene el potencial de abrir puertas como un valioso documento. En este sentido, ya hay ocho trabajadores que recibieron el famoso chip. Además de abrir puertas, sino que también proporciona acceso a una computadora.
Estos chips o microprocesadores, que tienen la función de sustitución divisas del empleado, por tanto, contienen datos personales del titular. Entre otras características los chips son muy pequeños, evocan el tamaño de un grano de arroz, y tienen un precio unitario de 100 €. En cuanto a la ubicación, están enterrados debajo de la piel entre el pulgar y el índice.
Desde diciembre seis empleados voluntariamente se habían ofrecido para el experimento. Ahora ocho en total han prestado su cuerpo para recibir el microchip subcutáneo en su mano.
Peligros a los Derechos Humanos
"La idea surgió de un empleado que a menudo se olvidaba de su tarjeta de identificación". El uso del chip no está registrado para toda la mano de obra debido a que la empresa no tiene ninguna representación sindical. La empresa de marketing no ha planteado asesoramiento legal.
«Esto es un peligro real", dijo Alexis Deswaef, presidente de la Liga de los Derechos Humanos a 'RTBF'. Ahora tenemos chips en los empleados insertados profundamente en su carne. Es una herramienta de control total. Una invasión de la privacidad y la intimidad del individuo. Ahora debe preguntarse si los resultados obtenidos valdrán la pena.
Profecías y Escatología
Algunos escatólogos han pregonado desde hace una década que la implementación de microchips bajo la piel, en la palma de la mano o en la frente, daría cumplimiento a la marca de la Bestia del cual se habla en Apocalipsis 13:16.
Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Apocalipsis 13:15-18 (RVR1960)
No obstante, lo mismo dijeron algunos sobre los códigos de barras.
'Knallende' publiciteitsstunt Newfusion Mechelen #marketing pic.twitter.com/yqSdh9PPYH
— aldert faassen (@aldert72) 17 de diciembre de 2016