La histórica iglesia de Saint John, lugar de culto de washingtonianos y presidentes de Estados Unidos desde 1815 fue consumida por las llamas ocasionadas durante la protesta frente a la Casa Blanca.
El incendio se produjo en el sótano del recinto, que pudo ser sofocado por los bomberos antes de causar daños de calado.
“Los manifestantes fácilmente podrían haber hecho mucho peor a nuestros edificios, pero decidieron no hacerlo”, expresó rector y reverendo Rob Fisher.
“Esta mañana aseguramos, lo mejor que pudimos, nuestros objetos más valiosos”, añadió,
Los líderes de la iglesia, compartieron una oración pidiendo “que las barreras que nos dividen puedan desmoronarse, desaparecer las sospechas y cesar los odios” del “Libro de Oración Común”.
A través de un correo electrónico, el reverendo Fisher y dos guardias de la histórica iglesia, escribieron “por favor, oren para que nuestro país pueda curar las heridas descubiertas por la trágica e innecesaria muerte de George Floyd”.
Aseguró que los daños de la iglesia se repararán cuando sea posible hacerlo, mientras tanto están examinando la forma de ofrecer un ministerio de presencia contra el racismo.
Ante este hecho, la policía se manifestó, señalando que como pueden atienden los múltiples incendios ocasionados en todo el país, incluyendo al de St. Church.
El Monumento Histórico Nacional no fue el único damnificado en medio de las protestas, también en las inmediaciones del Monumento a Lincoln, uno de los muchos memoriales cubiertos por la ciudad, amaneció lleno de grafitti.
La ola de protesta en torno a la muerte de George Floyd se hace cada vez más aguda e incontrolable.
El toque de queda decretado por la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, entró en vigor con cientos de personas en las calles, coches, banderas americanas, mobiliario urbano ardiendo y fachadas destrozadas.