1 Ped 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos
Raramente se mostrará a uno de los héroes de Dios en las Escrituras teniendo una vida libre de fallas. Mira a Pedro por ejemplo, tan pronto lees su nombre recuerdas su historia. Pedro experimentó los extremos altibajos de la vida, desde días pasados en bendita comunión con Cristo… a la erosión desgarradora de la lealtad cuando negó al Señor. No una vez, no dos, sino tres veces. Una vez que se dio cuenta de su fracaso, la Biblia dice “salió y lloró amargamente” (Luc 22:62)
¿Puedes recordar un fracaso que fuera tan dramático y lleno de lágrimas para ti, que difícilmente necesitas ser recordado de los sentimientos? Recuerdo las palabras de Betsie ten Boom: “no hay hoyo tan profundo que no sea más profundo aún” Tan oscuro, profundo y trágico como pueda ser tu fracaso, Él está dispuesto a ir a esas profundidades contigo.
Esto también fue cierto para Pedro. Mira Lucas 22. Después de la advertencia sorpresiva del ataque de Satanás, Jesús le dio a Pedro una declaración de hecho: “pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte” luego hubo un consuelo: “y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (22:32)
¿Qué sugiere eso? Sugiere que Pedro iba a caer “y tú, una vez vuelto”, una vez que regreses, Jesús dijo “confirma a tus hermanos” Jesús conocía profundamente a Pedro. Él sabía que Pedro caería pero Él oró por él para que no permaneciera caído. Jesús amaba a Pedro (aún en su punto más profundo de debilidad)
¿Cómo probó ese amor? Marcos 16:6-7 responde a esta pregunta. Después de la resurrección, mientras las mujeres estaban de pie en la tumba, un ángel les dijo:
“No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo”
¿No es maravilloso? ¡No olvides a Pedro! Él piensa que es el último a quien yo quisiera volver a ver. ¡Díganle a Pedro!, ¡Qué gracia!
En algún lugar entre el tiempo en que Pedro cayó y este anuncio angelical, hubo un proceso durante el cual Pedro se revolcó en remordimiento, deseando que si le fuera posible pudiera corregir su error… pero no podía. Y en algún momento en medio de ello, pudo haber escuchado al Señor decirle: Pedro, te perdono… úsalo para fortalecer a tus hermanos.
Es por eso que Pedro más tarde pudo escribir las siguientes palabras a los primeros cristianos:
Gracia y paz os sean multiplicadas.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, (1Pe 1:2-3)
¡Qué misericordia tan tierna! ¡Qué gracia tan triunfante! El fracaso no es para siempre. Dios se especializa en el perdón y la esperanza. Él puede usar incluso tus peores fracasos de una manera poderosa.
Por Charles Swindoll