Mat 7:25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
La fidelidad en el discipulado, significará que estamos preparados para la peor adversidad posible y para las pruebas.
La gente a menudo no está preparada para los trastornos inesperados de la vida. Esto se ilustró vívidamente en las “una vez cada 500 años” inundaciones que sacudieron las llanuras del norte de los Estados Unidos en la primavera de 1997. Una comunidad en el Rio Rojo en Dakota del Norte fue especialmente devastada por los acontecimientos sorprendentes. Después de trabajar diligentemente por días para fortificar diques contra la creciente del río, la gente en Grand Forks no tuvo esperanza. Una mañana a mediados de Abril de 1997, el Rio Rojo se desbordó inundando el pueblo entero de 50,000 personas. Pocas muertes ocurrieron o heridas serias, pero prácticamente la población entera tuvo que abandonar sus hogares y propiedades ante las aguas lodosas. Fue una de las evacuaciones más grandes en la historia de los desastres Americanos y tomó mucho tiempo antes de que Grand Forks y los pueblos aledaños pudieran reparar todo el daño de la inundación.
Para los creyentes, que enfrentan pruebas inesperadas puede ayudarles aprender a acercarse al Señor y pueden prepararse a sí mismos al descansar en la verdad de las palabras del profeta: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos” (Isa 26:3-4)
Jesús enfatizó la necesidad de total abnegación por sus seguidores y completa preparación para enfrentar cualquier desafío, incluso la muerte (Mat 10:38-39) Si vivimos diariamente como sus discípulos, ninguna prueba nos tomará completamente desprevenidos. Podemos sorprendernos temporalmente y sentirnos incompetentes en un principio, pero no permaneceremos de esa forma. Ya sabemos que un Dios soberano tiene el derecho de traer ciertas pruebas y tribulaciones a nuestras vidas y Él también es capaz de darnos cualquier recurso que necesitemos para soportar (Filip 4:11-13, 1 Ped 5:6-7)
Por John MacArthur