La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos ordenó la captura de tres administradores de una iglesia cristiana con sede en Filipinas, informó Univisión.
Los tres son investigados por tramitar visas, según denuncia, para varios fieles extranjeros, quienes fueron obligados a pedir donaciones en las calles de Nueva York y California.
Los procesados fueron identificados como Guia Cabactulan, el pastor principal de la iglesia en EEUU; Marissa Duenas, quien supuestamente manejó documentos migratorios fraudulentos; y Amanda Estopare, acusada de manejar una estricta recolección de donativos en las calles.
Enfrentan cargos de conspiración para cometer fraude migratorio. Según la corte federal de Los Ángeles los tres son dirigentes de la congregación religiosa Kingdom of Jesus Christ (Reino de Jesucristo), establecida en Filipinas desde 1985.
La Fiscalía identifica a por lo menos diez víctimas.
La Fiscalía federal describe los tratos crueles que recibieron varios fieles que fueron traídos a EEUU porque vendrían a cantar en conciertos de su iglesia. Eran forzados a pedir dinero “para los niños pobres de Filipinas”.
Investigaciones señalan que entre 2014 y mediados de 2019, las cuentas bancarias de la congregación recibieron alrededor de 20 millones de dólares en depósitos en efectivo, señala el comunicado del Departamento de Justicia (DOJ).
Una mujer que ingresó a la organización cuando tenía 16 años, contó a los agentes de FBI que cuando le dieron una visa en Filipinas no sabía que vendría a este país a pedir donaciones.
Reconoció haber participado en eventos musicales, pero después la enviaron a Nueva York a pedir dinero en las calles.
“Ella y otros trabajadores eran despertados a las 4:00 am o 5:00 am y de inmediato comenzaban a trabajar. Pedían dinero todo el día hasta que alcanzaran su cuota y no les daban días libres”, asegura una declaración jurada de Anne M. Wetzel, un agente del FBI.
Un hombre filipino que se naturalizó estadounidense denunció que también lo obligaron a buscar contribuciones monetarias en las calles de Los Ángeles. Explicó que en 2008 lo forzaron a casarse con una trabajadora de la iglesia.
La presunta víctima “declaró que el matrimonio era estrictamente para obtener la ciudadanía” para esa persona “ya que no había romance entre ellos y no vivían juntos”, menciona la acusación.
Por su parte, el vocero de Apollo Quiboloy, fundador y líder de la iglesia, guardó distancia de los investigados a la vez que señaló que ya no son miembros activos de la misma.
Advirtió que en su momento fueron disciplinados por irregularidades denunciadas internamente. Al ser descubiertos, tomaron represalias.
“Su objetivo, por lo tanto, es exigir venganza, extorsión combinada con un deseo descarado de poner [Quiboloy] y la [iglesia] en su conjunto en un atolladero de vergüenza, humillación flagrante y derrota a través de cargos falsos”, externó.