OKLAHOMA, EE.UU.- Una vez que el pastor empezó a predicar contra la homosexualidad, los miembros de la iglesia comenzaron a salir. Uno por uno, la mayor parte de la congregación salió del templo, expresando su desaprobación. T L Bates, que dirige la Asamblea de Dios en Oklahoma, se negó a comprometer la Palabra de Dios.
Él sabía que el tema despertaba todo tipo de reacción, pero no esperaba que este tipo de reacción por parte de su comunidad.
Aun así, continuó predicando. El mensaje es parte de la serie de sermones “Firestarters” [Hacedores de fuego]. “Yo usé a ??Elías como un ejemplo de ese ‘Fuego de Dios’, y de esa necesidad de levantar una generación tomada por el ‘Fuego de Dios’, que no tiene miedo a enfrentarse a las falsas religiones (como el islam) y la cultura corrupta”, explicó Bates a la revista Charisma.
Afirmó que estaba cansado de ver a los miembros de la comunidad LGBT, decir cosas negativas sobre el cristianismo y no eran criticados. Por el contrario, a veces recibían elogios.
Lo mismo es cierto cuando se trata de la religión islámica.
Para él, la sociedad en general está acostumbrado a eso. “Si [los cristianos], hablamos en contra, somos llamados intolerantes y nos censuran y dicen que no estamos siendo políticamente correctos”.
Al frente de la Iglesia de la Fe, de la ciudad de Oklahoma, él relata que desafió a los creyentes a levantarse “como una generación que está espiritualmente en llamas, no dejándose intimidar por las falsas religiones o la cultura engañosa”. Recuerde que la homosexualidad es un comportamiento claramente condenado en las Escrituras. Tanto en la práctica sexual y como la tentativa de parecerse al sexo opuesto.
“No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los ávaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”, les dijo el pastor refiriéndose a 1 Corintios 6:10.
Cuando Bates dijo que, como cristianos, todos tienen la obligación de predicar “la verdad en el amor y no hay excusas”, se dio cuenta de que la gente empezó a levantarse. Muchos movieron la cabeza con desaprobación. Se estima que entre 50 y 75 personas, de todas las edades y razas salieron del templo.
Incluso después del final del culto, el pastor continuó enfrentando críticas debido a este mensaje. Una persona dejó una nota anónima en el parabrisas de su carro, quejándose de su “intolerancia”. Otros lo amenazaron con dejar de entregar sus diezmos. Un grupo simplemente nunca regresó.
A pesar de todo esto, Bates dijo que no cederá. “A lo largo de casi 40 años de ministerio pastoral, he visto cosas de una generación tolerante, la próxima generación lo acepta como algo natural y la próxima generación comienza a participar. En mi opinión personal, creo que la comunidad LGBT, así como los islámicos y muchos otros grupos tienen una agenda que ya no quiere que seamos tolerantes como su estilo de vida y creencias, más lo aceptamos y lo imitamos”, dice Bates.
El pastor cree que es el momento para que la iglesia establezca límites claros. “Esa cuestión de los baños transgéneros es sólo la punta del iceberg. Tenemos que trazar una línea y rehusamos a estar escondidos detrás de la idea de la tolerancia y la aceptación, por lo tanto, declaramos con valentía la Palabra de Dios sin temor a los hombres”, subrayó.
Él exhortó a los cristianos, principalmente a los pastores de todo el mundo, a dejar de ser complacientes con los “estilos de vida malvados y las falsas religiones y que no tengan miedo de hablar lo que es correcto”. Analizando lo que ocurrió en su propia iglesia, declaró: “Es una prueba más de que vivimos en los últimos días antes de la venida del Señor y el juicio final de Dios”.
En 1 Timoteo 1: 9-10 está escrito que la ley de Dios “fue hecha para aquellos que están en contra de la ley, para los rebeldes, los que están en contra de la religión, por los pecadores, para los que no tienen respeto para Dios, para los que matan a los padres, para los asesinos. También se hizo la ley a los que cometen fornicación, para los homosexuales, para los que explotan a otros, a los que hacen falsas promesas y todos aquellos que están en contra de la verdadera enseñanza de Dios”.