EE.UU.- El evangelista Franklin Graham ha acusado a Teen Vogue de ser una “revista de pornografía perversa y moralmente degenerada “después de publicar una guía de cómo enseñar a las jóvenes a tener sexo anal.
Graham, hijo del evangelista Billy Graham y presidente de la organización humanitaria Samaritan’s Purse -Bolsa del Samarinao, criticó la columna de consejos gráficos de Teen Vogue sobre el sexo anal, titulada: “Lo que usted necesita saber”.
El público objetivo de la revista tiene entre 11 y 17 años.
“Están glorificando el sexo anal y no hacen nada para advertir a los jóvenes lectores de los peligros extremos que esta práctica trae desde el punto de vista médico”, escribe. “Aún más importantes son las ramificaciones espirituales: la sodomía es un pecado contra Dios”.
La decisión de Vogue de publicar el artículo, escrito por Gigi Engle el 7 de julio, coloca a la revista en la categoría de “porno”, dice Graham, y debería ser “regulada como tal”. “Los padres sean advertidos”, continúa. “Enseñe a sus hijos la verdad sobre las relaciones sexuales”.
“Advertirles de lo que los progresistas socialistas quieren empujar a los inocentes. Este número de Teen Vogue les dice la mentira de que no hay manera incorrecta de experimentar la sexualidad y ninguna manera es mejor que cualquier otra. Las escuelas no enseñarán la verdad, los medios no enseñarán la verdad; depende de ustedes criar a sus hijos en la verdad y el conocimiento”.
También insta a los padres a notificar a los anunciantes de que Teen Vogue, incluyendo Macy’s, David’s Bridal, Levi’s, Secret Deodorant y Burt’s Bees, que “no apreciamos su apoyo a este contenido obsceno dirigido a niños y adolescentes”.
“Su farmacia local o tienda de comestibles que está vendiendo esta revista podría no ser consciente de que están vendiendo pornografía”, dice. “Hagámosles saber y les pedimos que quiten a Teen Vogue de sus estanterías”.
El artículo recibió reacción rápida de los defensores de los derechos de las mujeres y otros consternados por su contenido impactante y detallado. Una madre, Elizabeth Johnston, lanzó la campaña #pullteenvogue que se volvió viral, instando a los dueños de tiendas y bibliotecas públicas a quitar Teen Vogue de sus estantes, según informa Gospel Herald.