OKLAHOMA, EE.UU.- Los clientes de aquella tienda de Walmart, en Newcastle, Oklahoma (EEUU), estaban cada vez más impacientes. Ya era tarde, la noche de un viernes y muchos de los clientes estaban gruñendo y quejándose sobre aquella señora delante de la fila, que tardaba en pagar sus compras. Aquella señora estaba un poco frustrada, pareciendo hacer malabarismos para contener a sus tres niños hiperactivos e intentar poner sus compras en la cinta de la caja, al mismo tiempo.
Pero ella no pensaba que sería atendida por un joven tan dispuesto a ayudarla. “Le pregunté si había sido uno de esos días”, contó el funcionario Nicholas Tate, que atendió a aquella señora en la caja, aquella noche. “Ella dijo que realmente había sido uno de esos días”.
La mujer explicó que ella era madre adoptiva y que acababa de inscribirse para un programa federal que ayuda a las familias de bajos ingresos, conocido como ‘WIC’. “Ella pidió disculpas ya de antemano, porque ella estaba usando una tarjeta cedida por el programa y ni siquiera sabía cómo usarla todavía”, agregó el funcionario, que también es estudiante del Instituto Bíblico de Austin.
El empleado de 20 años sonrió y tranquilizó a aquella madre adoptiva, afirmando que eso no sería un problema. Desgraciadamente, Nicholas terminó engañándose, pues hubo un problema. Varios productos no estaban siendo aprobados para ser pagados con ese tipo de tarjeta – incluyendo uno de los elementos más importantes: la leche para el bebé. Pasó la tarjeta varias veces, pero el pago continuaba sin autorización del sistema.
Nicholas, entonces llamó a un gerente local y los clientes que estaban en la cola parecían quedar aún más impacientes. Pero en todo aquel caos, el joven funcionario oyó una voz.
“Sentía que Dios estaba pidiendo que pagara esas compras”, dijo. “No tuve duda, Dios estaba diciendo: ‘Paga por eso’. Y fue exactamente lo que Nicholas hizo. Pasó su propia tarjeta de crédito para pagar el valor de 60 dólares en víveres. Esa madre adoptiva no contuvo sus lágrimas, agradeció al muchacho y salió de la tienda.
Nicholas es un cristiano y está aprovechando sus estudios en el Instituto Bíblico de Austin para invertir en su ministerio de misiones. Él pretende desarrollar su ministerio como misionero en Honduras.
“Cuando Dios me dice que haga algo, simplemente hago lo que tiene que ser hecho”, dijo. “Dios me dijo: “Te puse en este lugar en el momento adecuado, y yo sabía que estaba listo para eso – pagué estas compras, así que, sin vacilación, saqué mi tarjeta y la pasé”.
Pocos días después, un cliente se acercó a Nicholas dentro de Walmart y le mostró una publicación en Facebook, preguntándose si era aquel empleado mencionado en la publicación.
La publicación fue hecho por la propia madre adoptiva que fue ayudada por Nicholas aquella noche. Ella se puso tan emocionada que acabó expresando toda su gratitud al muchacho por su bondad. Entonces ella escribió un mensaje en Facebook con la esperanza de descubrir el nombre del joven.
Después de que Nicholas vio la publicación, acabó reencontrándose a esa señora, para que ella pudiera expresar toda su gratitud. “Fue muy bueno encontrarla y hablar con ella”, dijo. Nicholas dijo que se sorprendió con la cantidad de personas que comentaron lo ocurrido.
“Sólo estaba tratando de bendecir a alguien y mejorar el día para esa persona, pero eso se convirtió en algo increíble”, dijo. No tardó mucho para que las estaciones de televisión para hablar con Nicholas.
“Lo importante no fue lo que hice”, dijo Nicholas. “Pero sí lo que Dios hizo a través de algo tan pequeño, tomó algo tan pequeño y glorificó su nombre con eso”, ha publicado Fox News.