COLOMBIA. – Beatriz Lorena Ríos Cuéllar, tendrá la potestad legal para poder cerrar un templo que le rinde culto al diablo en Colombia.
Ríos, fue designada gobernadora ad hoc -para esto- y ella tendrá la tarea de cerrar para siempre el templo de lucifer.
La decisión la tomó el Gobierno de la República, luego de tres años, ya que, el gobernador de Quindío, Carlos Eduardo Osorio, se declarará impedido de ejercer algún tipo de acción legal en contra del templo del diablo.
Ríos podrá “tomar las decisiones pertinentes a la cancelación la personería jurídica, y por ende, registro mercantil respectivo, la existencia y de la representación legal la sociedad sin ánimo de lucro denominada Asociación Templo Semillas de y/o Asociación Templo Luciferino Semillas de Luz”, según el decreto del Gobierno.
Desde que éste templo se construyó, ha sido centro de controversia. El lugar queda ubicado en la vereda Aguacatal del municipio de Quimbaya, y fue inaugurado en 2016 donde se le rinde devoción al diablo.
Algunos de los habitantes del sector se opusieron a su construcción, pero la edificación se construyó. Sin embargo, cuando algunos obreros se enteraron de que se trataba de un templo de adoración al diablo, decidieron abandonar la obra.
El gobernador Osorio, aseguró en su momento que el templo era ilegal, y que “la Corte Constitucional dijo muy claro que eso no es un culto y por eso no se pueden amparar en la libertad de culto”.
Pero en 2017, Héctor Londoño Villegas o Víctor Damián Rozo, (así se apoda en redes sociales), lo multaron por 206 millones de pesos, sanción impuesta por la Secretaría de Planeación de la Alcaldía de Quimbaya, (Quindío). Cabe resaltar que Londoño Villegas es el responsable legal del templo, y que la multa se dio porque la construcción se levantó de manera ilegal.
Jaime Andrés Pérez, mandatario de Quimbaya, explicó en 2016 que, de no ser pagada la multa, el templo puede ser demolido en los siguientes meses.
“Esto no es delito, en Colombia hay libertad de culto según la Ley 133 que reza que el satanismo se exime de la libertad de culto, pero esto no es satanismo, nosotros somos una asociación, no una iglesia”, explicó Londoño frente a la polémica.
Renunció a Dios para adorar al diablo
Víctor Damián Rozo, hijo de una pareja de espiritistas, era católico y renunció a su fe hace más de 10 años para entregarle su vida a Satanás, de quien se considera hijo único y auténtico.
Víctor Damián Rozo era policía y ahora agradece a diablo los favores concedidos y le suplica por nuevos dones.
“Era muy niño cuando me cansé de pedirle a un Dios que no me escuchaba y empecé a pedirle a Lucifer un cambio en mi vida. Lo hizo y sentí una paz interior y espiritual increíble, y la vivo hasta el día de hoy”, afirmó Damián Rozo.
“Y no me arrepiento”, añadió.
“Nunca organizo nada para no provocar a los cristianos, esos días me quedo vigilando. Cuando inauguré, el temor era que nos iban a quemar o a tirar una granada”, recordó.
“Si pudiera, en esas fechas haría un rito de oposición a los rituales católicos. Considero absurdo que la gente se deje llevar por la Iglesia después de tantas atrocidades que ha cometido. Y Lucifer es su mejor aliado. Si no existiera, ¿quién iría a una iglesia si no está atemorizado?”, mencionó Rozo.
Según Crónica, llegar al templo es muy sencillo, aunque ya no es tan visible, pues está oculto por una valla metálica.
Víctor Damián es hijo de un espiritista y una pitonisa muy conocidos en la región, de seis hijos, fue el único que heredó los dones de sus progenitores y siguió sus pasos.
“Mi padre, ya fallecido, maldecía, hacía magia negra, y también era el curandero, el yerbatero. Unos acudían a él para que les sanara la lepra, las paperas y demás enfermedades; y otros porque querían destruir a personas, y él se vendía al mejor postor. Tengo recuerdos muy vagos, cuando cogía una fotografía de alguien y la metía en la boca de un sapo y la gente luego decía: ¿Ve?, fulano de tal falleció”.