Dentro del mundo musulmán existen dos grandes grupos, los sunnitas (aproximadamente 80%) y chiítas. Aunque tienen creencias en común, sus diferencias han generado muchas muertes e incluso guerras, como el conflicto entre Irán e Irak durante la década de 1980.
Ahora, el conflicto que se fortalece en el Oriente Medio es en Arabia Saudita, cuna del islam y el más importante representante de los sunitas, e Irán, la potencia nuclear y el mayor símbolo de los chiitas.
Los dos países ya están en guerra en Siria, donde están en frentes opuestos. También se enfrentan en Yemen, donde hay combates directos que ya llevan más de dos años.
Los iraníes luchan junto con la minoría chiita houti contra el gobierno actual, siendo apoyados por Rusia. Defendiendo al presidente de Yemen, una coalición liderada por Arabia Saudita cuenta con varios países, incluyendo los Estados Unidos.
Ahora, el ministro de Defensa saudita Mohammad bin Salman, acusó a Teherán de tratar de dominar el escenario de Oriente Medio y amenazó con iniciar una confrontación directa con Irán, “No vamos a esperar a que la batalla se de en Arabia Saudita.
En su lugar, vamos a trabajar porque la batalla sea con ellos, con Irán”, dijo en una entrevista transmitida por la televisión saudita.
La respuesta de Teherán fue inmediata y categórica. El representante persa ante la ONU, Gholamali Khoshroo, formalizó una protesta al Consejo de Seguridad y al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
“Si bien categóricamente refutamos las acusaciones infundadas contra mi país, me gustaría señalar que esta declaración suya [Mohammad bin Salman] es una amenaza directa contra la República Islámica de Irán”, acusó.
El diplomático recordó que estas amenazas contradicen el artículo 2 de la Carta de la ONU, que obliga a todos los estados miembros que se abstengan del uso de la fuerza contra la otra. También acusó a Riad de amenazar directamente la integridad territorial del país persa.
El New York Times señala que este incidente puede aumentar las viejas tensiones entre Irán y Arabia Saudita, lo que podría conducir a una guerra de grandes proporciones, llegando a toda la región.