NIGERIA.- Los extremistas de la etnia Fulani realizaron una serie de ataques en una comunidad predominantemente cristiana ubicada en Miango, que a su vez se encuentra en el Estado de Plateau (centro de Nigeria). Las acciones dieron como resultado 75 muertos y 89 casas quemadas, y muchas personas desplazadas y cultivos agrícolas destruidos.
Un líder cristiano de la región llamado Jerry Datim habló con Puertas Abiertas que el primer ataque ocurrió el 24 de enero.
“Era más o menos medio día cuando algunos fulanis sitiaron a Rafiki, un lugar muy cerca de la 3ª División del Ejército. Ellos mataron a tres personas, antes de ir a otra aldea, Jebbu Bassa, donde mataron a otras tres personas. “Ellos también quemaron muchas propiedades”, dijo.
Después del primer ataque, la situación aparentemente estaba tranquila. Pero el 4 de febrero, dos nuevos ataques ocurrieron. Dos cristianos fueron muertos en una granja, y otra víctima fue asesinada en otra aldea.
En total, fueron 14 aldeas atacadas por el grupo extremistas, con 89 casas incendiadas y extensas tierras agrícolas también destruidas por los fulanis, que prometieron desalojar a los nativos.
Estado mudo
El líder cristiano Jerry Daft mostró su indignación sobre el gobierno estatal que ni siquiera lanzó un pronunciamiento formal sobre los ataques y asesinatos. “Los líderes políticos en el estado no pudieron proteger a las personas de los fulanis porque temen que el presidente Muhammadu Buhari pueda moverse contra cualquier político que vaya contra los fulanis, que son parientes de Buhari”, subrayó.
De acuerdo con Jerry Datim, algunas de las comunidades afectadas acababan de terminar las reparaciones en los tejados de sus casas. Las reparaciones fueron necesarias debido a un ataque anterior en octubre de 2017. Desafortunadamente, las casas fueron incendiadas nuevamente.
Refugio
Actualmente, cerca de 3.000 aldeanos se están refugiando con sus familiares en las comunidades vecinas de Kabon y Tudun Wada, ambas en el área del gobierno local de Jos. Sus formas de subsistencia también fueron destruidas y por eso ellos fueron desplazados de sus casas.
El pastor local Jacob Gidado, que visitó las aldeas afectadas para ayudar al pueblo, solicitó del presidente Buhari protección para los cristianos contra las “incesantes muertes”. Él afirmó que los cristianos, especialmente en el norte de Nigeria, “fueron perseguidos más allá de la cuenta”.
[ Fuente: Puertas Abiertas ]