GUAYAQUIL, ECUADOR. - “Si yo pasé en ese instante (por el puente) es porque Dios así lo quiso y, si él, le ha dado una segunda oportunidad de vida a la niña, pues me utilizó para eso”. Así de simple lo relata Miguel Figueroa, y lo reproduce El Expreso de Guayaquil, un guardia de seguridad privada que se topó con una situación verdaderamente compleja y dramática.
El hecho ocurrió sobre un paso a desnivel de una avenida ubicada al norte de Guayaquil.
En determinado momento, una chica de unos 16 años apareció colgada de un puente y con intenciones de lanzarse. Sin embargo, mientras estaba trabajando junto a un compañero y viajando en su moto, Miguel logró observar lo que estaba pasando.
“Estacioné mi moto, corrí hacia donde estaba la señorita y en ese instante que ella me ve correr opta por bajar más del borde del paso a desnivel y ahí es donde yo corro y logro cogerle del brazo”, detalló a El Expreso.
Pero la joven insistía en que la soltarla y que la dejara morir, ante lo cual Miguel reaccionó con mayor temperamento. “Ella decía que no valía, que era basura y esas son palabras que por lo general a los jóvenes los padres les dicen en casa… Hay que tratar con la niña y hacerle ver que es muy importante y que Dios tiene un propósito para ella”, reflexionó posteriormente Miguel.
El gesto de este guardia de seguridad rápidamente cobró fama a nivel regional y motivó incluso a un reconocimiento especial a cargo de la Policía de Ecuador durante una ceremonia de ascensos de oficiales, además de unas bonitas palabras de parte de la empresa en la que trabaja.
Pero más allá de los reconocimientos, es notoria la firmeza y tranquilidad de Miguel, este hombre que de alguna manera dijo haberse sentido “usado” por Dios para salvar una vida.