CHINA.- Ting se ganaba la vida en el noroeste de China actuando como chaman, una sacerdotisa del chamanismo, conocida por manifestar poderes sobrenaturales e invocar espíritus de seres míticos.
La chaman atraía a miles de personas que estaban en busca de la sabiduría de los espíritus malignos, pero ella tuvo que pagar un alto precio por eso. Inesperadamente, la salud de Ting empezó a deteriorarse y, en pocos días, se quedó en cama y completamente paralizada.
Su enfermedad dejaba a los médicos sin respuestas y mostraba señales de que estaba al borde de la muerte. Un día, Ting cayó en un sueño profundo y tuvo un sueño que cambió su historia. “Yo estaba en el asiento trasero de un taxi, hacia la oscuridad. Entonces se acercaron tres hombres, vestidos de túnicas blancas brillantes. La luz de ellos era tan brillante que no podía ver sus rostros”, contó a la organización Puertas Abiertas.
“Me dijeron que tenía que hacer una elección”, continuó. “Mientras hablaban, otros dos hombres con túnicas negras me invitaron a seguirlos. Yo sabía en mi corazón que uno de los hombres que usaba la túnica blanca era Jesús.
Entonces lo seguí.
Cuando Ting se despertó, ella percibió que milagrosamente su cuerpo podía moverse y su fuerza estaba retornando. Ella inmediatamente se acordó de su sueño, sabiendo que hizo la elección correcta al “seguir al hombre de blanco”.
Ting se rindió a Jesucristo e inició una caminata en su nueva fe, aun sufriendo la persecución de su familia. “Ting podría haber desistido cuando vino la persecución, pero ella soportó y se apegó a la Palabra de Dios”, dijo el misionero Nick Nichols.
Los cristianos que viven en la región de Ting, en China, enfrentan una persecución severa dentro del grupo de amigos, familiares y de la comunidad. “Ting sabía el riesgo, pero Jesús tocó su vida de una forma tan poderosa, a través de su sueño, que ya no quería servir a la oscuridad”, dijo Nichols.
“Sólo Dios puede traer a los muertos a la vida y sólo Él puede salvar un alma para la eternidad. Pero Él ordena que seamos una parte de apoyo, discipulando vidas para que ellas crezcan, florezcan y prosperen en Cristo “, dijo Nichols, citando el trabajo de Puertas Abiertas.
