Shekhar Singh* nació en un hogar hindú en Nepal y se casó con Baijanthi*. La esposa era una hindú devota que siempre rezaba y ayunaba a cambio de los favores de los “dioses”. Un día, una parte de su cuerpo quedó paralizada, y ningún tratamiento médico ni ritual hindú lograron darle sanidad. Pero el Dios de los cristianos mostró su poder en ellos.
La situación de la pareja se había tornado difícil después de que gastaron todo lo que tenían para encontrar una cura para Baijanthi.
Ambos vendían verduras, pero lo que ganaban no alcanzaba para mantener a la familia. “Estaba frustrado, pero decidí cuidar de ella, incluso si no se recuperaba", comparte Singh.
Luego de agotar todo tratamiento médico, uno de los familiares sugirió que el nepalí llevara a su esposa a una iglesia cristiana y le pidiera al pastor que orara por ella. Singh probó esta alternativa y vio que las cosas empezaron a cambiar. “Me di cuenta de que después de ese día, ella mejoró. Seguí llevándola a la iglesia y, después de un mes, mi esposa quedó completamente sana”, testificó.
Esta experiencia sorprendió a Singh y le hizo sentir curiosidad por conocer al Dios de los cristianos. “Comencé a prestar atención a lo que se enseñaba en la iglesia. Mi corazón estaba en paz y finalmente decidí aceptar a Cristo como mi Salvador personal”, comparte Singh. En poco tiempo, se convirtió en un voluntario activo en la iglesia, logró bautizarse junto a su esposa, y poco después empezaron a visitar y orar por los enfermos.
El cambio en la vida de este matrimonio nepalí les provocó ser perseguidos por sus propios parientes. “Uno de mis familiares me golpeó y me acusó de deshonrar la religión de la familia. Dijo que era un traidor”, recuerda Singh. Sin embargo, la exclusión familiar no le impidió seguir a Jesús. “No sabía sobre la persecución, pero al estudiar la vida de los discípulos de Jesús en la Biblia, me di cuenta de que la vida cristiana está llena de persecuciones. Decidí que aunque tenga que morir por Cristo, siempre estaré firme en mi fe”, afirma Singh.
Esta familia nepalí ha experimentado el cuidado de Dios a diario. Actualmente, Singh trabaja como líder en la iglesia local y todavía vende verduras para mantener a su esposa y sus dos hijos. "Tenemos la bendición de poder servir a Dios juntos", concluye.
*Noticia extraída de Impactoevangelistico.net