Las casas cristianas en la ciudad china de Xiamen en la provincia de Fujian han sido demolidas por parte de las autoridades Chinas.
El 22 de julio, las autoridades locales descendieron para realizar la mayor demolición de casas cristianas en conjunto con la casa Iglesia.
Un mes después demolieron las casas restantes dentro del edificio residencial, donde la iglesia también estuvo en pie, según recoge el International Christian Concern (ICC).
La persecución religiosa es algo común por parte de las autoridades Chinas. Una serie de videos compartidos por lideres religiosos, como el predicador Yang Xibo de otra iglesia altamente perseguida, la Iglesia Xunsiding, revelaron que docenas de funcionarios de la Policía de Gestión Urbana, fueron vistos marchando hacia las unidades cargando herramientas para cumplir con las demoliciones.
La misión principal de las autoridades es cumplir con la orden del gobierno Chino y así evitar que alguien se reúna nuevamente.
Las autoridades actúan arbitrariamente sin la debida documentación o notificación cuando se presentan en la demolición.
Muchos abusan de sus funciones y maltratan a los cristianos. Por ejemplo las autoridades irrumpieron en la casa de un cristiano a pesar de la resistencia del residente.
La mujer de 67 años pronto fue arrastrada por docenas de chengguan uniformados, algunos equipados con escudos antidisturbios.
Otros cristianos en la escena que intentaban intervenir fueron bloqueados por la policía en las escaleras y a estos se les impidió avanzar.
Por otro lado la Iglesia de Xingguang fue allanada por primera vez el 19 de abril por personal del gobierno de cinco departamentos diferentes, seguido de una redada violenta el 3 de mayo, donde muchos miembros resultaron heridos y algunos fueron detenidos brevemente, según China Aid.
El predicador de la iglesia, Titus Yu, presentó una queja de conformidad con la Ley de Supervisión de China contra tres funcionarios por su abuso de poder e intrusión ilegal de propiedad personal. No se ha dado respuesta.
El tema de la persecución religiosa con China preocupa a la comunidad internacional. Estados Unidos quiere que todas las naciones que valoran la libertad y la democracia “entiendan esta amenaza que el Partido Comunista Chino comete.
Las iglesias en China deben estar sujetas a la inspección gubernamental si desean realizar sus cultos sin ser perseguidas, los sermones de los pastores que han accedido a la inspección del gobierno son revisados y avalados por funcionarios del Estado, y las iglesias que no cuentan con la aprobación de Beijing se enfrentan a la clausura y persecución por parte del gobierno.
El gobierno chino persigue frenéticamente a los cristianos, incluso después de que sus iglesias han sido cerradas, esto muestra que Beijing no tiene interés en respetar la libertad religiosa ni los derechos humanos.