Kami era un hombre musulmán que practicaba la brujería, pero la dejó para entregarle su vida a Jesús en Tanzania. No fue un proceso de la noche a la mañana, tardó más de 2 años en lograrlo.
Todo comenzó en el verano de 2017 cuando conoció a un cristiano llamado James. El cual estaba visitando una iglesia local. Kami más tarde se enteró de que era un misionero estadounidense de una organización llamada e3 Partners.
Kami se dirigía a visitar a su hijo, quien se estaba recuperando de un accidente en motocicleta. Cuando se conocieron le pidió al misionero que orara por su hijo. Por ello sintió la obligación de invitar a James a su casa.
“Definitivamente me encantaría ir a visitarlo”, respondió James, y menos de 24 horas fue. Allí se sentaron a hablar y fue entonces cuando le hizo una pregunta a Kami que nunca le habían hecho antes. “¿Sabes si tus pecados serán perdonados cuando mueras?, solo Dios lo sabe”, respondió Kami.
James no estuvo de acuerdo. Por ello le habló sobre el sacrificio sustitutivo de Dios por los pecados de toda la humanidad y la esperanza de que todos los que creen en Él sean salvados. Y luego volvió a preguntar: “¿Sabes si tus pecados serán perdonados?” “No lo sé y no quiero saber”, respondió Kami.
El misionero esperaba una respuesta diferente, pero no perdió la esperanza de que Dios cambiara el corazón de Kami.
Antes de irse a Estados Unidos, James le preguntó si otros miembros de la iglesia local podían visitarlo nuevamente. A lo que respondió afirmativamente. Kami también quería que James volviera algún día a visitarlo, pero el misionero viajaba mucho y no estaba seguro de regresar.
Un día Kami tuvo un derrame cerebral y de repente ya no podía practicar la brujería. Había perdido la capacidad de usar muy bien sus manos, por lo que no podía moler o mezclar las pociones.
No mucho después de sufrir su derrame cerebral, Dios orquestó el regreso de James. “He estado orando por la oportunidad de visitarlo nuevamente durante los últimos dos años. No debería estar en Tanzania en este momento, pero Dios creó una oportunidad para que regresara”, dijo James.
Luego de eso James le preguntó a Kami si le gustaría poner su fe en Jesús y confiar en que Él pagara el precio por sus pecados. A lo cual Kami respondió que Sí. James sonrió de oreja a oreja mientras lo abrazaba.
Él oró por ambos y luego le explicó que cuando ponemos nuestra fe en Jesús nos convertimos en una nueva criatura en Cristo, y que Dios nos da la responsabilidad de ser sus embajadores en el mundo.
Al final James tuvo que volver irse, pero no antes de que el pastor local invitara a Kami a unirse a su congregación en la iglesia para seguir aprendiendo más sobre Cristo, informa Amigo de Cristo.
*Noticia extraída de Noticiacristiana.com