Una iglesia ubicada en la Avenida Alexandre Guimarães, barrio Jardim Santana, al este de Porto Velho (RO), tuvo un momento de pánico durante el culto del domingo pasado (06), luego de que un hombre no identificado invadiera el lugar y golpeara con una piedra a uno de los fieles.
Según la propia información de la víctima dada a la Policía Militar, el hombre entró al templo, bebió agua y permaneció allí, pero de pie. Un miembro de la congregación de de 51 años se acercó y le dijo que se sentara para poder seguir con la adoración a Dios.
Sin embargo, el hombre salió del templo y luego regresó con una piedra en la mano, que usó para golpearle la cabeza del creyente, y luego huyó. Según testigos locales, el autor es residente del barrio.
La policía militar también fue informada de que el perpetrador es monitoreado por una tobillera electrónica, lo que significa que es probable que sea sentenciado, pero aún no fue posible establecer su ubicación, según el Diário da Amazônia.
Invasiones en las iglesias
El número de casos de violencia que involucran iglesias cristianas llama la atención en Brasil. En noviembre pasado, por ejemplo, en la ciudad de Mogi das Cruzes, región metropolitana de Sao Paulo, un hombre irrumpió en una iglesia evangélica durante el servicio y abrió fuego contra un pastor.
En la estación de policía, el delincuente negó que tuviera la intención de matar al pastor y que había ido a la escena para participar en un robo, pero el informe no logró convencer al adjunto responsable de investigar el caso.
“La situación evade las características de un robo, el persigue a una víctima. El perpetrador dispara a la víctima y constantemente la busca para dispararle”, dijo el capitán Alex Amaral.
En mayo de este año cuatro personas fueron asesinadas en la ciudad de Paracatu, Minas Gerais. Un hombre identificado como Rudson Aragão Guimarães, de 39 años, fue a la Iglesia Bautista Shalon en el barrio de Bela Vista y disparó fríamente a varios fieles.
“Tenemos información de que todavía había 20 personas en el área y que tenía 6 municiones más intactas, si la policía no hubiera llegado a tiempo, la situación hubiera sido mucho peor”, dijo el portavoz de la policía Flávio Santiago.
