En China, el gobierno central está detrás de las iglesias en todo el territorio, permitiendo sus aperturas pero midiendo el contenido y formas de operar de las mismas.
Muchas iglesias están reabriendo a raíz del cierre por el Covid-19, pero las congregaciones de ahora en adelante deben seguir ciertas reglas emitidas por las autoridades.
Según informa Bitter Winter, dentro de las reglas a aplicarse en las iglesias se encuentran: que las congregaciones deben izar la bandera china, cantar el himno nacional y contar “historias conmovedoras sobre la batalla de China con la pandemia”.
La mayoría de las iglesias son administradas por el estado, y los funcionarios del gobierno están vigilantes para supervisar la forma en que se llevan a cabo los servicios nuevamente.
Para algunos pastores de iglesias, el estado y las autoridades de China están cometiendo acciones contrarias a la fe y a las creencias.
Un miembro de la Iglesia Cristiana de Guangxi en el distrito de Shunhe de Kaifeng, contó que su congregación reabrió sus puertas después de cinco meses.
En lugar de cantar himnos para alabar a Dios, el gobierno les exigió levantar la bandera nacional y cantar el himno nacional, alabando la victoria de Xi Jinping en la lucha contra la epidemia.
Por otro lado más de 20 miembros de la Iglesia de Quannan, la iglesia cristiana más grande en la ciudad de Quanzhou, en la provincia sudoriental de Fujian, asistieron a una ceremonia de izado de banderas en su patio, usando frases que apoyan los valores comunistas centrales.
Muchos temen ante las represalias o el cierre de sus congregaciones. “De ahora en adelante, todas las iglesias tienen que hacerlo, o serán clausuradas y sus líderes serán despedidos”.
Mientras millones en todo el mundo se reúnen todavía libremente, China vive la mitad de un año en el que el gobierno del presidente Xi Jinping continúa encabezado una campaña implacable contra las iglesias oficiales y las no oficiales en China, que según algunos cálculos atienden hasta a treinta millones de personas.
