Accidentes, peleas, caídas de puentes y asaltos están a la orden del día por toda Norte América, gracias a las irresponsables practicas de unirse sin medir las consecuencias que lleva consigo utilizar la nueva aplicación viral de Nintendo. Y ni los cristianos se han salvado de la fiebre de emoción del momento de unirse a la aventura de realidad aumentada gratuita para descubrir y capturar los "monstruos de bolsillo" por medio de la aplicación más descargada del momento, "Pokémon Go".
Pero a medida que el juego utiliza muchos puntos diferentes de la comunidad para establecer que los usuarios puedan capturar los Pokémon y realizar batallas, muchas iglesias y otras instituciones religiosas de todo el país fueron elegidos para servir como gimnasios y "Pokestops", donde la gente puede recoger objetos digitales que les permiten capturar Pokémon. Ni las iglesias católicas y protestantes se han salvado de convertirse en "Pokestops" y por ello muchos, -aunque no son tantas iglesias- están aprovechando la coyuntura para "evangelizar" a la "generación del milenio" [Millennials] y así pegarlos por medio de sus teléfonos a la Iglesia mediante "la excusa de la búsqueda de Pokémons". Algunos pastores están tomando ventaja de esta oportunidad como algo positivo, mientras que otros quieren mantener el fenómeno fuera de sus iglesias.
Religion News Services informa que Nintendo produjo e introdujo los Pokémon en todas partes para atraer adultos jóvenes como en apartamentos, museos, parques, gimnasios, bibliotecas, galerías de arte, estaciones de metro, zoológicos, iglesias y más.
El nuevo juego de realidad aumentada para teléfonos móviles que se publicó la semana pasada utiliza el sistema GPS del teléfono para permitir a los usuarios cambiar sus comunidades para Pokémons virtuales. Al parecer, el juego ha asumido el control del país y ha sido descargado más de 7,5 millones de veces en Google Play y la tienda de aplicaciones para el iPhone.
Mientras que muchas iglesias han visto que diferentes personas han ido en sus propiedades con el fin de capturar un Pokémon, no han sido capaces de hacer mucho al respecto. Chuck Bomar, quien pastorea una iglesia en Portland, Oregón, dijo el pasado miércoles 13 de junio al sitio estadounidense "The Christian Post", que dos de los tres sitios de la iglesia y un café de ejecución sin fines de lucro por denominación han sido elegidos como "Pokestops".
Bomar explicó que él y su equipo han notado un número de personas desconocidas, especialmente los empleados de Nike e Intel, vagando fuera de la propiedad de la iglesia mientras estaban en pausa para el almuerzo disfrutando de la caza de Pokémon.
A pesar de que en los últimos 20 años algunos críticos cristianos han considerado la serie de dibujos animados Pokémon como "demoníaca" y que enseña a los niños cómo usar poderes sobrenaturales contra sus enemigos, Bomar dijo a sus empleados que la iglesia debe abrazar la nueva moda debido a la oportunidad que presenta (cosa con la que el Aprendiz no está de acuerdo, porque el Evangelio no es una moda).
"Algunos de nuestros empleados comenzaron a caminar alrededor y saludaron a todas estas personas y han utilizado las circunstancias para conocer a personas que nunca habían visto antes", dijo Bomar. "Todo lo que hacemos debe ser para el bien, ya sea un juego, la tecnología, o cualquier otra cosa. Es muy fácil, ya que podría ser utilizado para el mal, pero la estamos utilizando para el bien", dijo.
Bomar dijo que tiene que enseñar a su equipo a aprovechar la oportunidad, añadiendo que ellos les excita tomar la iniciativa para usar este juego para algo bueno. "Tenemos que mirar todas las medidas apropiadas para colaborar con los no creyentes", dijo Bomar. "Queremos aprovechar todos los medios apropiados para comprometerse con los no creyentes", resaltó.
En contraste con lo dicho por Bomar, la iglesia más indignada de todas es la polémica Iglesia Bautista de Westboro, catalogada como "anti-gay" y "anti-islámica", a quienes les han aparecido "Jigglypuff" y "Pikachu" para "hacer frente a la sodomita Love is Love Clefairy" y parece que sólo han atraído a más jóvenes pro-LGBT al juego, causando múltiples "asistencias" a la iglesia -o al menos merodeando por sus estacionamientos-, la cual no es la única consecuencia no deseada del juego.
"Si algo tan simple como Pokémon es todo lo que se necesita para orientarlas hacia las puertas de la iglesia, ¿por qué no aprovechar esta oportunidad?", resaltó.