La organización cristiana “Hazte Oir” decidió utilizar un autobús especialmente preparado para llevar a las ciudades españolas un mensaje que hacía campaña contra la ideología de género.
Con una pintura especial, se muestró el mensaje “Los muchachos tienen penes. Las niñas tienen vagina. No dejes que te engañen. Si usted ha nacido hombre es hombre. Si usted es mujer, lo seguirá siendo”.
Pronto las asociaciones LGBT lograron impedir su movimiento, alegando que era “discurso de odio” y “transfobia”.
Eso fue en febrero. La idea ganó una versión en inglés, en el denominado “bus de Libertad de Expresión”, que utilizó el mismo mensaje para que circulara en Nueva York. Además de mostrar el mensaje, se distribuyeron libros y folletos sobre el tema.
Estacionado frente a la sede de las Naciones Unidas, acabó siendo pinchado y vandalizado. El conductor del autobús tuvo lesiones menores desde el incidente. Una vez reparado el bus, continuó su recorrido por la costa este, pasando en varios estados como Connecticut y Massachusetts.
El portavoz del movimiento en los Estados Unidos, Gregory Mertz explicó a Reuters que el objetivo de aparcarlo en frente de la ONU es que los participantes del sexagésimo primer período de sesiones de la Comisión sobre la Condición de la Mujer, pudieran verlo.
El encuentro reunió a los líderes de casi todos los países del mundo.
El hecho de que el autobús fuera atacado no sorprende a Mertz, pero si el hecho de que los grupos liberales iniciaron una campaña dentro de las Naciones Unidas para etiquetar a las organizaciones conservadoras que se oponen a los derechos transgénero como “grupos de odio”.
Luego vino la campaña “elimine el odio”, que defiende el derecho de expresión de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT), más que defender los valores cristianos y la familia.
De acuerdo con lo informado, esta campaña comenzó ya presionar a los medios a utilizar el término “grupo de odio” para hablar de ellos, comparándolos con grupos religiosos extremistas.
El tema se volvió rápidamente politizado, ganando el apoyo del partido demócrata, de la candidata perdedora Hillary Clinton, que todavía lucha en los tribunales por las leyes de la creación de “baños transgéneros”, firmado por el presidente Barack Obama para que no sean anuladas por la administración de Donald Trump.
La campaña dirigida por Media Matters For America ha dado indicios de que los primeros “blancos” son las iglesias que defienden el punto de vista bíblico de las ONG cristianas que luchan por la vida y contra la ideología de género y la familia.
Por lo tanto, la tendencia es que términos como “extremista” y “discurso de odio” se apliquen con más frecuencia y cada vez mayor sobre toda la iglesia, la organización religiosa que adopta una postura pública criticando la agenda LGBT.