El pasado 24 de noviembre todo transcurría con normalidad en la casa de Madvi Mukka, un cristiano de India, que ese día reunió a un grupo de seguidores de Jesús para glorificar su nombre y también para darle la bienvenida a su hijo recién nacido.
Todo cambió cuando al finalizar la oración y disponerse a comer, un grupo de radicales aldeanos constituido por al menos 70 de personas, los emboscó atacándolos con palos, piedras y flechas.
El hecho dejó como saldo 15 cristianos heridos. Testigos aseguran que muchos intentaron huir pero los agresores persiguieron a todos los que se identificaran como seguidores de Jesús disparando flechas.
Entre los heridos está Mukka, quien fue impactado por una flecha en el estómago y se encuentra en un hospital con un pronóstico de salud poco alentador.
De igual forma, el resto de los lesionados, presentaron heridas en cabeza, torso y extremidades.
Este no es el primer ataque de este tipo que sucede en la India, razón por la que los cristianos en este país, siguen pidiendo a las autoridades que no sólo velen por la libertad de culto, sino también por el respeto a la integridad física y a la vida.
Con relación a esto, hay incluso campañas de donación lideradas por organizaciones no gubernamentales, cuyos recaudos se disponen para apoyar a las personas que por no abandonar su fe, se han convertido en objeto de persecución social.
Existe el caso en el que muchas de ellas se han visto obligadas a abandonar su vivienda, quedando a la intemperie.
En 2019, los socios de Puertas Abiertas recibieron informes de 825 incidentes de persecución registrados, que afectaron a 43.392 cristianos, desde rechazos e insultos hasta asaltos, abusos sexuales y muertes.
Pero esto es probablemente sólo la punta del iceberg, ya que muchos incidentes no se registran.
El fuerte aumento de la persecución en el país alarma a los cristianos, pero también hay muchas historias de coraje.