EE.UU.- La mayoría de los pastores creen que su iglesia es capaz de ayudar a las personas que piensan en cometer suicidio, sin embargo, una nueva investigación indica que pocas personas buscan la iglesia antes de poner fin a sus vidas.
Un estudio conducido por LifeWay Research descubrió que el 80% de los pastores creen que su iglesia puede apoyar a alguien que amenaza con suicidarse.
Sin embargo, sólo el 4% de los fieles que perdieron a un amigo o miembro de la familia por suicidio dijeron que los líderes de la iglesia sabían sobre el problema.
Alrededor de un tercio de las víctimas de suicidio asistía a la iglesia, al menos mensualmente, durante los últimos meses anteriores a la muerte. Sin embargo, sólo el 8% de los amigos y familiares de los suicidas afirman que la iglesia sabía sobre sus luchas.
“A pesar de sus mejores intenciones, las iglesias no siempre saben cómo ayudar a aquellos que se enfrentan a las luchas de salud mental“, dijo Scott McConnell, director ejecutivo de LifeWay Research.
La investigación también reveló que el 76% de los fieles dicen que el suicidio es un problema que necesita ser tratado en su comunidad, mientras que el 32% dice que un conocido cercano o miembro de la familia murió por suicidio.
Entre los fieles que se vieron afectados por el suicidio, el 42% perdieron a un miembro de la familia, el 37% perdieron a un amigo, el 8% perdieron parientes, el 6% perdieron a un compañero de trabajo y el 5% perdieron un conocido.
El estudio fue realizado con 1.000 pastores protestantes y 1.000 cristianos protestantes. La investigación fue patrocinada por la Asociación Americana de Consejeros Cristianos, Programa de Asesoramiento de Graduación de la Liberty University, Escuela de Medicina de la Liberty University y por el Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur.
“El suicidio en nuestra cultura ha sido durante mucho tiempo un tema que tenemos miedo de discutir“, dijo Tim Clinton, presidente de la Asociación Americana de Consejeros Cristianos.
“Nuestra oración es que esta investigación inicie un debate nacional sobre la pandemia de suicidio en nuestra nación, y que podamos comenzar evaluando la perspectiva de la Iglesia sobre la cuestión. Necesitamos un enfoque clínicamente sensible, que dé el don de la vida de vuelta a aquellos que se sienten vacíos“, agregó.