Una pareja cristiana de pastores esperan sentencia en Irán. Fue desde noviembre de 2019, que la pareja lucha por una sesión de apelación, pero las audiencias se han programado y pospuesto varias veces.
Dentro de los delitos y “crímenes” por los que fueron acusados se encuentran: el actuar contra la seguridad nacional, organizar pequeños grupos de estudio bíblico, participar en seminarios en el extranjero y capacitar a otros pastores y líderes a ser “espías”.
El pastor Víctor y su esposa Shamiram fueron condenados a 10 y 5 años de prisión, respectivamente, en 2017. Según Gospel Prime, se suponía que su última sesión iba a ocurrir el 1 de junio, sin embargo, esta fue cancelada sin justificación.
El pasado 19 de julio, los seguidores de Jesús supieron por parte de su abogado que su apelación fue rechazada y que no se celebrarían más audiencias para reevaluar las sentencias.
Actualmente, las cárceles iraníes pueden ser un lugar propenso a la proliferación de COVID-19. En marzo, el sistema judicial del país liberó a 85.000 prisioneros, por temor a un alto contagio entre los detenidos, algunos de los cuales eran cristianos.
Pero todavía existe otro grupo de discípulos de Jesús que cumplen una condena en el territorio debido a su implicación con el cristianismo.
El cristianismo en Irán es considerado una influencia occidental y una amenaza. Todos los persas étnicos son vistos como musulmanes. Los niveles extremos de presión en las esferas de la vida nacional y eclesial indican que la presión proviene principalmente del gobierno.
Por lo que es ilegal producir literatura cristiana o celebrar servicios religiosos en farsi, el idioma local. Un persa étnico que abandona el islam puede ser castigado con la muerte, aunque es más probable que sea encarcelado por “crímenes contra la seguridad nacional”, según informa la Organización Puertas Abiertas.
La mayor parte de la violencia contra los cristianos proviene del gobierno que actualmente tiene decenas de cristianos tras las rejas. Muchos de ellos fueron acusados y condenados a largos períodos de prisión. Otros, aún esperan un veredicto o un juicio y las familias de los cristianos, también enfrentan humillación pública.