Job 28:12-13 ¿Dónde se hallará la sabiduría? ¿Dónde está el lugar de la inteligencia? No conoce su valor el hombre, ni se halla en la tierra de los vivientes.
La sabiduría de Dios es nuestra fuente para comprender la vida y todas sus pruebas.
La sabiduría sobrenatural que los creyentes necesitan para poder entender las pruebas simplemente no está disponible en nuestra sociedad. Durante la prueba de Job, él aprendió la insuficiencia absoluta de su razonamiento y de los consejos equivocados de sus amigos. Eso lo guió a la conclusión profunda de que la sabiduría de Dios es la única fuente para comprender la vida y todas sus dificultades.
La sabiduría en general siempre ha estado entre las virtudes más altas y respetadas que los creyentes pueden tener. El Señor estuvo muy complacido cuando Salomón pidió sabiduría en lugar de riqueza o poder (1 Rey 3:5-13) y Salomón más tarde estableció la importancia de la sabiduría de Dios “Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (Prov. 2:6)
La sabiduría de Dios pone las cosas en la perspectiva correcta durante las pruebas y nos ayuda a soportarlas. Pero como hemos ya observado, no es algo que tenemos automáticamente. El apóstol Santiago, en el contexto de un pasaje de las pruebas dice que debemos pedir sabiduría: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Sant 1:5)
Siguiendo con nuestra serie sobre las lecciones de las pruebas, es crucial que cuando experimentemos pruebas difíciles, le pidamos sabiduría a Dios para poder perseverar de acuerdo a Su Palabra. Sin un entendimiento práctico de cómo vivir de acuerdo a Su voluntad y Palabra, no veremos su mano soberana de provisión trabajando en nuestras pruebas. Y nos perderemos uno de los propósitos más importantes de Dios al traer sufrimientos y pruebas a nosotros, “que seamos más dependientes de Él”
Una vez que tenemos la sabiduría de Dios nos damos cuenta de que nos hemos vuelto más dependientes de Él, seremos como Job, quien recibió esta respuesta ante sus preguntas anteriores: “He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia” (Job 28:28)
Por John MacArthur
