Con un 63% de votos dentro del parlamento en Suecia, el domingo 9 de febrero se dio un paso a la reforma de la ley que trata el tema de inclusión de la orientación sexual y que castiga los crímenes de odio por cuestiones de raza, etnia y religión.
Ahora la discriminación basada en la orientación sexual será sancionada en Suiza, de la misma manera que el racismo.
El electorado aceptó en las urnas, por 63% de votos a favor la inclusión de la homofobia en el Código Penal suizo.
Fue una mayoría la que confirmó la decisión del Parlamento, que ya había aprobado una modificación del Artículo 216 del Código Penal de este país.
Alrededor del 37% votó en contra de los cambios en la ley, una posición defendida por el conservador Partido Popular Suizo (la mayor fuerza en el parlamento) y el pequeño partido evangélico EDU.
Estos partidos consideran la norma una “ley de censura” que podría poner en riesgo la libertad de expresión.
El grupo que presenta mayor preocupación dentro de la sociedad civil es la Alianza Evangélica Suiza (AES).
“El odio no es tolerable de ninguna forma, ni en contra de ninguna persona. Pero la libertad de expresión y religión debe preservarse incluso bajo la nueva ley penal”, dijo la entidad evangélica.
La AES espera que “se cumplan las expectativas de una mejor protección para las minorías sexuales”, pero insistió en que “la protección para todas las personas en Suiza ya estaba garantizada sin esta extensión”.
Uno de los mayores temores que tiene la Alianza Evangélica es que este cambio en la ley “ejerza más presión sobre las personas que, por su religión y conciencia, expresan un enfoque crítico en relación con ciertas orientaciones sexuales o no desean proporcionar ciertos servicios (…).
Los valores cristianos están en juego, la identidad, la libertad religiosa, la misma palabra de Dios; la protección al modelo de la familia, la protección de la vida y otras cuestiones éticas, son combatidas con intolerancia e incluso violencia”.
Ahora que se han aprobado los cambios en el Código Penal, la Alianza evangélica exige que la ley se siga aplicando de manera “razonable”.
Después de celebrar la victoria, los grupos LGTBI anunciaron que su próximo objetivo era que se aprobara una ley de “Matrimonio para todos”, otorgando a las parejas del mismo sexo los mismos derechos que los matrimonios heterosexuales.
Un tema que luego seguirá y que es controversial es el de la adopción de niños.
La Alianza evangélica preocupada dijo que este nuevo debate, el de la redefinición del matrimonio, debe darse en un ambiente de libertad y respeto”, con una conversación social que sea “justa y basada en hechos”.
En la actualidad, la persona que cometa una infracción de la ley contra el racismo se arriesga a una pena de hasta tres años de prisión.
Dado que este tipo de delito se persigue de oficio, las autoridades tendrán que intervenir cuando tengan conocimiento de actos de odio y discriminación por motivos de orientación sexual.
Sin embargo, se niega a las asociaciones el derecho a ser parte en el procedimiento y a solicitar una reparación.
Con la aplicación de esta ley, en el futuro se prohibirán los actos o declaraciones públicas que atenten contra la dignidad humana de una persona o un grupo de personas en relación con su orientación sexual, creando un clima de odio y poniendo en peligro la coexistencia pacífica en la sociedad.
También se castigará a aquel que se oponga a prestar un servicio al público, como la entrada a un restaurante o pernoctar en un hotel, debido a la orientación sexual del interesado o interesada.