BRASIL.- Casi todo el discurso de los activistas LGBT es una versión de lo que se hace en el hemisferio norte. Si viene de Europa o de los Estados Unidos, la agenda de allí inevitablemente gana una versión en Latinoamérica.
La más nueva denuncia de los cristianos europeos es sobre los libros infantiles que alientan a los niños a cuestionar su género desde pequeños. Este tipo de material está siendo adoptado por guarderías y escuelas de enseñanza primaria en varios países.
Una de las últimos libros causa controversia pues es titulado “El caballo y su padre”, que cuenta la historia de un caballo que quiere ser un perro y se comporta como tal. El dueño del caballo es un hombre que se viste de mujer y usa maquillaje.
El grupo LGBT de Inglaterra “Educar y Celebrar”, viene promoviendo la adopción de estos libros por un número cada vez mayor de instituciones de enseñanza, con el sello del gobierno.
Entre los títulos más populares esta “Introducing Teddy”, un “oso de peluche transgénero” y “¿Eres un niño o una niña?”, sobre un niño no binario.
Para los niños un poco más viejos se recomienda “Graciosamente Grayson”, la historia de un niño que es “una chica atrapada en un cuerpo del género equivocado”.
Además de promover los libros, Educar y Celebrar ofrece instructores para “ayudar a los profesores a trabajar esta temática en el aula.
Chris McGovern, presidente de la ONG cristiana Campaña para la Educación Real, criticó el uso del material pro-transexuales, diciendo que era “perjudicial y cruel” para los niños pequeños. “Ellos están infligiendo las neurosis de los adultos sobre el género en niños que no están interesados ??en ello. Los niños no tienen problemas con el sexo en esa edad en un 99,9% de los casos.
“Los adultos necesitan dejar de pensar que los niños vean el mundo de la misma manera que ellos. Ahora bien, ellas pueden jugar a ser un duende un día, un dragón, sin querer convertirse en uno de ellos”, enfatiza.
A su vez, Ciaran Kelly, el portavoz de Christian Institute, dijo: “[ los activistas LGBT] quieren utilizar a los niños como conejillos de indias en sus intentos de normalizar esta ideología peligrosa. Deje que los niños sean niños. Nuestros niños deben ser alentados a ser felices de ver cómo Dios los creó, no ser convencidos de que no lo están, de alguna forma o “atrapados en el cuerpo equivocado”.
[ Fuente: Gospel Prime ]