Un líder juvenil cristiano del estado de Gezira, en el centro-este de Sudán, fue detenido e interrogado por agentes de seguridad que le advirtieron que no fundara una nueva iglesia.
Osama Saeed Musa Kodi fue detenido el 19 de febrero por el Servicio General de Inteligencia, antes conocido como el Servicio de Inteligencia y Seguridad, bajo el régimen del derrocado presidente Omar al-Bashir.
Los oficiales dijeron a Kodi que el cristianismo es "malvado" y le acusaron de intentar "lavar el cerebro a los ciudadanos sudaneses con la ayuda de organizaciones cristianas". También le amenazaron con matarle si continuaba con su labor de plantación de iglesias.
Kodi, presidente de una organización juvenil cristiana en la capital del estado Wad Madani, ha estado apoyando a la Sudanese Church of Christ (SCOC) en Tamboul, a unos 75 km al norte de la capital, después de que su edificio fuera destruido en un incendio provocado el 3 de enero. Las autoridades retiraron el permiso de reconstrucción de la iglesia tras consultar a los líderes musulmanes locales. La decisión de retirar el permiso fue recibida con críticas generalizadas.
Un día antes de su detención, Kodi se reunió con el fiscal general de Sudán, que visitó el estado de Gezira, y se planificó una conferencia de prensa para el día de su detención.
El Ministro de Asuntos Religiosos y Dotaciones de Sudán, Nasr al-Din Mufreh, también visitó el estado el 18 de febrero para tratar la cuestión de la iglesia de Tamboul con el gobernador y los oficiales. A finales del año pasado, el gobernador de Gezira había concedido parcelas vacías a cuatro iglesias para construir edificios.
La detención de Kodi contrasta con las recientes medidas adoptadas por el gobierno de transición de Sudán, que ha revertido las políticas que violaban la libertad religiosa y otros derechos humanos durante los 30 años de gobierno de Al Bashir.
En marzo del año pasado, Nasr al-Din Mufreh creó un comité para investigar cuatro ataques incendiarios contra un edificio de la SCOC en Jabarona, un gran barrio marginal de las afueras de Khartoum. Nueve personas fueron juzgadas en diciembre por su presunta implicación en los ataques.