En la ciudad de Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut (Argentina), desde hace 20 años funcionaba un boliche o discoteca llamado “Los Años Dorados”, sin embargo, debido a la pandemia el dueño del local tuvo que cerrar definitivamente.
Tras el cierre, algunos líderes evangélicos manifestaron, estar interesados en la infraestructura con el fin de abrir una iglesia evangélica.
“Tuvimos que tomar la determinación de cerrar por esta pandemia tan grande que nos castigó a todos. No se aguanta, estar parados los gastos de energía, luz, gas, todos los impuestos siguen corriendo”, declaró el fundador del boliche, Alberto Sosa.
Debido a las circunstancias, el dueño del predio ubicado en la calle Viamonte, ya alquiló el lugar a una iglesia evangélica que comenzará funcionar en las próximas semanas.
Sosa señaló que no ha tenido ningún tipo de beneficio ni del Municipio ni de Provincia. “Yo cerré en marzo y no me llamó nadie. Sé que hubo préstamos y ayuda, pero no soy de andar molestando ni pidiendo. Por eso tomé la determinación de cerrar”, remarcó.
En esta ciudad es la primera vez que ocurre este caso, pues se conoció que en otra ciudad de este país ocurrió todo lo contrario.
En ciudad argentina de San Lorenzo, la iglesia decidió abrir como bar, con mesas y religiosos ataviados como camareros, en protesta por lo que consideran un agravio para los cultos.
La razón era porque que la normativa del gobierno provincial, solo permitía ceremonias religiosas con hasta diez asistentes mientras que los bares tienen menos restricciones.
En ese momento, decenas de fieles reconvertidos en clientes acudieron al templo, la mayoría con mascarilla, para participar en esta protesta contra el gobernador de la provincia de Santa Fe, Omar Perotti.
El argumento de los fieles, era que se les estaba negando su derecho constitucional a la libertad de culto, mientras permitían que otros sectores abrieran.