Tras la muerte de George Floyd, cientos de personas se han manifestado exigiendo justicia en diferentes ciudades de los Estados Unidos, así informó La Jornada.
Recientemente los protestantes vandalizaron dos estatuas de Cristóbal Colón.
La primera estatua la decapitaron en Bostón, el monumento se encontraba sobre un pedestal en el parque Cristóbal Colón, en el corazón de la ciudad.
La otra la arrancaron este martes en en Richmond, Virginia tras una manifestación en apoyo de las comunidades indígenas. Después de derribarla, le prendieron fuego y la arrojaron a un lago.
El movimiento contra el racismo sistémico y la violencia policial desatada tras la muerte de Floyd, abrió un nuevo frente: el de la memoria histórica de Estados Unidos.
El derribo de las estatuas causó indignación en el gobierno británico, pero el alcalde de la ciudad afirmó que prefiere dejarlas en un museo.
Ante el hecho, el campeón de la Fórmula 1 Lewis Hamilton, escribió en su cuenta de Instagram, estar orgulloso de que los manifestantes atacaran la estatua de bronce de Edward Colston.
Erigida en 1895 en una calle que lleva su nombre en esa ciudad del suroeste de Inglaterra.
De igual forma, el vocero del burgomaestre de Amberes, expresó “la estatua fue severamente vandalizada la semana pasada y será restaurada por el Museo de Escultura al Aire Libre de Middelheim”.
Numerosos monumentos de figuras de los Estados Confederados, son reubicados de espacios públicos evitando que los manifestantes los destruyan.
Defensores de la supremacía blanca y la esclavitud en la Guerra de Secesión debido a las constantes protestas que se han presentado.
Tras la muerte de Floyd las marchas exigiendo justicia en todas sus denominaciones han transcedido fronteras estadounidenses y se ha hecho global.
Cabe resaltar que George Floyd murió en Minneapolis, luego de que un policía colocara su rodilla sobre el cuello del afroamericano hasta dejarlo sin aire en los pulmones.