Kayleigh Ferguson perdió ambos brazos y piernas debido a una complicación en el posparto de su segundo hijo. Hoy su vida ya no es la misma, sin embargo, es un ejemplo de fe y resistencia.
Después de sufrir la pérdida de su bebé, Kayleigh fue diagnosticada con sepsis, una infección grave que amenaza con bloquear los órganos vitales, incluyendo el corazón, los pulmones y el hígado. Después de estar en la unidad de cuidados intensivos, los médicos pronosticaron su estado vegetativo.
"Ver su lucha era difícil para mí. Sentí que mis manos estaban atadas, no podía hacer nada para ayudarla", dijo Ramón, esposo de Kayleigh. Ante esta situación, Laurel Robinson, madre de Kayleigh, cuestionó los propósitos de Dios. "Le preguntaba a Dios el por qué, si ella siempre fue cristiana. Estaba muy enojada con Él", cuenta Laurel para CBN News.
Después de dos semanas en coma, Kayleigh fue transferida a otro hospital en Florida, donde amputaron sus dos brazos y piernas. “Sentí que era el viaje más difícil de mi vida, en medio del dolor, recordé lo que le había dicho a Dios en oración; que me hiciera más fuerte, y así lo hizo”, recuerda Kayleigh.
Después de un largo tratamiento y 19 cirugías, los médicos están inspirados por su espíritu alegre. "Ella es muy especial. Fue una paciente que estuvo a punto de morir y hoy es la que nos devuelve la esperanza con una sola sonrisa”, dijo el Dr. James Fletcher, médico de Kayleigh.
Kayleigh espera que su historia anime a otros a confiar en Dios cuando la vida se vuelva difícil. "No importa lo que esté pasando, Dios todavía está allí y Él sigue siendo Dios", concluye la valiente cristiana.
