1 Cor 6:12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
La mayoría de nosotros quizá no seamos tentados a cometer pecados obvios como un robo armado, asesinato o violación. El ataque de Satanás es atraernos a llevar algo bueno más allá del límite de la voluntad de Dios hasta que se convierta en pecado. Él nos trata como la rana en la olla de agua: gradualmente aumenta la temperatura de la tentación esperando que nosotros no notemos que nos estamos acercando al límite de la voluntad de Dios y saltemos hacia afuera antes de que algo bueno se convierta en pecado.
Todo es bueno y legal para nosotros porque somos libres del pecado y ya no hay condenación de la ley. Pero las siguientes declaraciones revelan cómo podemos tomar erróneamente cosas buenas más allá de límite de la voluntad de Dios:
El descanso físico se convierte en pereza, la habilidad para los negocios se convierte en avaricia y codicia, el disfrutar la vida se convierte en exceso, el placer físico se convierte en sensualidad, el interés en las posesiones de otros se convierte en codicia, disfrutar la comida se convierte en glotonería, el cuidado personal se convierte en egocentrismo, el respeto a sí mismo se convierte en arrogancia, la comunicación se convierte en chisme, la cautela se convierte en incredulidad, el enojo se convierte en ira y en mal carácter, la misericordia se convierte en sobreprotección, el juicio se convierte en crítica, amistad (con el mismo sexo) se convierte en homosexualidad, libertad sexual se convierte en inmoralidad, la diligencia se convierte en perfeccionismo, la generosidad se convierte en desperdicio, la auto-protección se convierte en falta de honradez, la precaución se convierte en temor.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, pido tu equilibrio en mi vida hoy para hacer lo que es provechoso sin ser dominado por nada, aún las cosas buenas, en el nombre de Jesús, amén.