ERITREA, ÁFRICA.- Una importante institución de caridad cristiana que lucha por los derechos humanos en África dijo que los cristianos están enfrentando una fuerte represión en Eritrea. El país del este africano tiene un gobierno opresivo, además de presentar un largo historial de persecución de las minorías.
Ahora, la “Release International” dice que más de 200 cristianos fueron arrestados durante las incursiones militares.
“Eritrea hoy es como una prisión gigante donde la esperanza ha desaparecido y donde la mayoría de las personas tienen sus derechos negados, sin libertades básicas, dignidad humana y derechos humanos”, dice Paul Robinson, CEO de la organización.
Paul todavía comenta que esta ola de presión sobre los creyentes es diferente de los ataques de antes. “Eritrea se embarcó en embestidas periódicas contra los cristianos. Pero lo que hace que esta reciente diferencia es que la mayoría está siendo atrapada por adorar a Dios en sus casas, por realizar estudios ilegales de la Biblia juntos o cultos en la iglesia”, subrayó.
Certificado de confirmación
La organización cristiana dice que los evangélicos de Eritrea están siendo abordados por los oficiales de seguridad.
Se les pregunta sobre qué religión pertenecen. Si alguien dice que es protestante, la policía de seguridad solicita un certificado de confirmación.
“Este certificado sólo se da a los miembros luteranos el día de la confirmación. Si no pueden presentar el certificado para demostrar que son luteranos, una denominación que es sancionada por el Estado, entonces ellos son arrestados. Los metodistas, los bautistas, los menonitas y los cristianos pentecostales están en mayor riesgo“, advirtió.
Persecución
Eritrea alcanza el décimo lugar en la Lista Mundial de la Persecución 2017. En 2016, el país quedó en la tercera posición, alcanzando 89 puntos. Muchos cristianos murieron mientras intentaban huir del país. Esto explica la caída de siete posiciones en la lista.
El gobierno tiene miedo tanto de la acción del islam radical y del evangelismo cristiano, por eso interrumpió los proyectos y la ayuda de las ONG internacionales que estaban actuando en el país. El gobierno también restringió la entrada de trabajadores cristianos extranjeros.
